capítulo ocho

96 9 3
                                    


Caprichos de un corazón débil
(Parte 1/2)

°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

Desde muy pequeño obtuve siempre lo que quise, nunca nadie me lo negó. Era un chico caprichoso de diez años, hijo y único heredero de una de las mayores empresas a nível mundial  «La compañía ichinose» exportadora de los mejores autos y máquinas más conocidas en el mundo. Sin duda una de las familias más poderosas, siendo dirigida por mis padres – kylie — británica, de familia millonaria — y Tadashi ichinose — japonés, de una de las familias más reconocidas en Japón . Sin duda ambos con un gran poder

Sin embargo todo eso no me satisfacía, no me importaba la compañía, ni mucho menos el dinero, quería algo mucho más simple, algo que cualquier niño de mi edad podría tener

   El cariño de los padres. 

Envidie siempre desde mi ventana a todos aquellos niños, que incluso sin tener nada, podían tenerlo todo. La respuesta era muy simple, y era porque tenían un amor maternal y paternal para que consolaran sus pesadillas en las noches, o para que cuidarán de sus heridas cuando caían y raspaban sus rodillas. Envidiaba que con incluso tan poco lograban tener la sonrisa que nunca apareció en mi rostro.

‹♦›

– ¡Feliz cumpleaños ichinose-sama! – festejaron alegres los sirvientes  esperando a que apagara las velas y pudiera fervorosos deseos. Pero ya no importaba nada – «que se vaya todo a la mierda» – pensaba con tan solo catorce años mirando el pastel frente a mi y a la tarjeta que mis padres enviaron deseándome felicidad en mi día. Una nueva para añadir a mi colección de momentos que no quiero recordar y que no valen más la pena. Apague las velas sin un deseo en mente, se escucharon los aplausos y luego se partió el pastel.

Subí a mi habitación esquivando a los sirvientes que llenaban de felicitaciones mis oidos. Cerré la puerta y coloque el seguro.

como pueden ser tan hipócritas – pensé recargado en la madera, recordando su rostro lleno de falsedad y sarcasmo – Nala – nombre a la mujer que recordaba más como a una madre – en ti fue la única persona que pude confiar – musite caminando hacia la ventana y tomando asiento frente a ella – ¿donde estas ahora? – susurraba viendo al igual que siempre los niños jugar con un desgastado balón.

El tiempo que permanecí solo en esta casa me hizo darme cuenta de que las desilusiones para mi no eran cosa nueva estando con mis padres, en especial cuando de mi se trataba, es por eso que desde que cumplí los doce deje de esperar algo de ellos

Desde ese entonces permanecí junto a Nala, quien cuido de mi y me acogió como una madre lo haría. Fue por aquella única mujer que en verdad llore cuando se marchó, dejándome solo de nuevo. 

‹•›

Un año y medio más tarde los problemas en la familia aparecieron y afectaron notablemente la compañía ichinose. Mis padres discutían sus desacuerdos cada vez que estaban en casa, ignorandome por completo – ya no puedo mas con esto – hablaba papá – ya no está funcionando nada entre nosotros – cubría su rostro con sus manos hastiado, buscando las mejores palabras para decirlo. Pero incluso el mismo lo sabía, no puedes suavizar un golpe como ese – quiero el divorcio – soltó

Para mi no fue mayor sorpresa, desde hace un tiempo que notaba que las cosas no iban bien y al parecer, a mamá tampoco le afectó.

– bien – cedió. Era en lo primero que se ponían de acuerdo – sería una estupidez pretender que aún podríamos continuar juntos – comentó.

"Amnesia" Free [Makoto x oC] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora