-(EDITADO)-
Cielo azul
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-Makoto-
Irritado ante aquella conversación me salte el ultimo periodo escolar. Estaba en la azotea observando a la nada recordando una y otra vez su mirada.
«no perderé»
Sus palabras retumban aun en mi mente, dándome un severo dolor de cabeza. Suspire por enésima vez.
Observe a lo lejos el árbol de sakura, la brisa del otoño sopla sus hojas agitándolas de un lado al otro, haciendo que estas caigan al suelo para luego marcharse con el viento.
(...)
El tiempo transcurrió de forma tranquila, la campana anunciaba el final de las clases. Desde lo alto veía desinteresado la escena que desde allí se contemplaba. Una vez mas mis ojos se fijaron en aquel árbol, mi vista descendió por este observando con detalle su tronco y al final de este encontrándome con la cristiana agua de la piscina.
— «Tengo que ir, después de todo soy el capitán» — suspire con desgano
A paso lento me dirigí al club y al llegar a este dude en abrir la puerta, tras unos segundos decidí marcharme a casa, pero al girarme unos ojos azules tan profundos como el mar me miraban fijamente
— haru ¿que haces aquí? pensé que ya estabas dentro — señale sobre mi hombro la puerta tras de mi
— lo mismo preguntó yo — dijo sin apartar la mirada — tampoco entraste la ultima hora a clase ¿sucedio algo? — cuestiono
— ¿ah? No, nada de nada — le reste importancia, después de todo no tenia ánimos para hablar de ello — ¿vamos?
Haru asintió
Al entrar los demás ya se encontraban dentro de la piscina mientras que kou cronometraba sus tiempos
— ¡ah! Haruka-sempai, makoto-sempai llegan tarde ¿sucedió algo? — pregunto la pelirroja
— no es nada, solo nos retrasamos un poco — Sonreí y luego fui a los vestidores
Al salir me mantuve cabizbajo y distraído, empecé a hacer estiramientos mientras observaba con detenimiento las ondas que se formaban en el agua cada vez que alguien o algo se movía en ella.
Parpadee un par de veces, agite mi cabeza y por ultimo golpee un poco mis mejillas, necesitaba relajarme un poco.
De un zambullido me metí al agua y nade sin prisa, sin ninguna presión.
Cerré mis ojos y al abrimos nuevamente contemple el cielo sin ninguna nube en el, solo el brillante sol cegador. Aquel azulado cielo siempre me ayudaba a pasar tiempos difíciles, me ayudaba a olvidar mis miedos; como miedo al agua que ahora me relaja o miedo al perder a alguien. Es por eso que cuando lo miró se que puedo seguir y luchar por lo que se que un no he perdido «Kaori ...»–Kaori –
Un agudo dolor punzaba en mi pecho, era molesto e insoportable, pero sin importar la molestia seguí mi camino hacia mi hogar, sola, ya que mi hermano yato quien aun permanece en la escuela, me dejo a mi suerte.— <<lo siento Kaori, ¿puedes irte primero? Hay algunas cosas que tengo que hacer>> — recordé sus palabras,
Sonrei de medio lado indignada — si claro — hable con sarcasmos — deja sola a tu pobre e indefensa hermanita — balbucee frunciendo mi ceño.
Caminaba junto a la playa y ahora con un intenso dolor en mi cabeza que impedía que viera con mas claridad el camino frente a mi. Cruce por una banca frente al mar y decidí reposar en ella y esperar a que mi dolor cesara, apoye mi cabeza entre mis manos y de paso escondí mi rostro entre palmas. Suspire
— duele — me queje en un gemido.
Sentí un leve empujón en mi brazo izquierdo, descubrí mi rostro solo un poco y note la cabellera verdosa junto a mi —¿takeshi-kun?— musiteMiraba las olas del mar ir y venir, con una sonrisa en su rostro y un ligero brillo en sus ojos. Se giro a verme — hola Kaori — saludo. Pero a su tiempo su expresión cambio. Era seria, parecía enojado
— ¿takeshi-kun? — reitere — ¿sucede al..go? — la mano de takeshi que ahora se encontraba en mi frente, tomaba mi temperatura
— no te ves muy bien, tus mejillas están rojizas. Pareces tener fiebre — hablo sin cambiar su seria expresión. Alejo su mano de mi cabeza y se levanto de la banca — vamos, te llevare a casa — extendió su mano hacia mi
— gracias, pero no es necesario, mi casa no esta lejos de aquí, estaré bien — Sonreí
— se que puedes estar bien, pero no quiero arriesgarme, así que vamos — tomo mi mano y me levanto de la banca. Observe su rostro, estaba ligeramente sonrojado, sin embargo intentaba disimular fijando su vista al frente — ¿Kaori? — se giro a verme algo preocupado — ¿que pasa? ¿te sientes mal? — Sonreí con ternura y negué con la cabeza
— estoy bien, vamos — en este momento ver a takeshi de esa forma lo hizo ver como mi hermano mayor, me hizo sentir segura y aliviada. Sinceramente se veía adorable
El camino a mi casa no duro mucho, pues a pesar de haber un silencio profundo no me sentía incomoda. Sin embargo algunas veces takeshi me miraba y me ponía algo nerviosa, lo cual por inercia me hacia mirarlo y hacer que nuestros ojos se encontraran, y al cabo de unos segundo desviábamos nuestras miradas girando de nuevo al frente.
Era raro, pero a la vez divertidoJusto al frente de la puerta de mi casa me despedía de takeshi y agradecía por haberme acompañado. Me incline hacia el frente — no tenias que haberlo hecho, pero gracias — me incorpore de nuevo y sonreí
— no fue nada — le resto importancia — de igual manera, fue divertido acompañarte — sonrió de igual forma y con un beso en la mejilla se despidió — adiós Kaori, mejorate — se alejo dejándome con mis mejillas colorodas
— ¿que fue eso? — suspire en un intento inútil de calmarme, me gire quedando enfrente de la puerta de madera y saque las llaves del bolsillo de mi maleta. Metí la lleve en la cerradura y abrí la puerta — ya llegue — avise y en seguida mi madre me vino a saludar
— bienvenida Kaori — sonrió sujetando un cucharón entre sus manos — ¿que tal te fue?
—muy bien — sonreí forzado
— ya veo — hizo una seña para que entrara — bien, ve a cambiarte que la cena estará lista pronto — asenti, me quite los zapatos y cruce por su lado para luego subir los escalones. Entre a mi habitación y cerré la puerta.
Me tire en la cama y cerré mis ojos, el dolor poco a poco cesaba en mi cabeza. Suspire
— takeshi-kun — susurré el nombre de el chico que hace solo unos pocos minutos logro que mi corazón latiera a un ritmo diferente — eres un tonto — el calor aumentaba considerablemente en mis mejillas, las sentía arder y todo por aquel chico de cabello verdoso y sonrisa traviesa.
Fue solo el primer día y ya llevo tantas sorpresas ¿que mas pasara mañana?