1. Pancracio, Melody y yo.

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-Ay, por favor. ¡No seas un bebé llorón! -le regaña Melody.

-Vamos, Stif. No seas gallina.

-Saben muy bien que no puedo -nos recuerda con cansancio-. ¡Mi madre me va a sancionar! -lamenta, Stefan, mientras se recuesta en el espaldar de su silla.

-Sabes muy bien que lo valemos -le objeto.

-Mel, Ayúdame, ¿no? -le implora.

Ella niega.

-Melody para ti, princeso.

Stif se golpea la frente con la palma de su mano.

Empiezo a creer que el chico es masoquista.

-Al menos dame algo con lo que pueda defenderme -le reprocha, y ella le saca la lengua. No le importa dejarlo mal.

- ¡Stefan, apaga ese aparato y anda a dormir! -grita su madre desde la otra habitación.

Mel y yo compartimos una mirada antes de reír.

-Déjenme irme ¿Sí? -suplica alargando la i. Sus manos forman un puño de súplica.

Aceptamos de mala gana.

-Está bien, pero te queremos aquí para la siguiente ronda -lanzo un guiño burlón.

-No prometo nada -alza sus brazos a manera de evasiva.

-Aguafiestas -se queja Mel.

-Pancracio, eres un miedoso.

Bebo del vaso de agua.

Mel suelta una carcajada. Ambas sabemos que él detesta ese sobrenombre, pero no es mi culpa, ella inició con la tradición. Así es que... ¡Punto para Dulce María!

-Gracias-responde con sarcasmo. Observa su reloj-. ¡Oh, pero miren la hora! ¡Cómo lo lamento! -finge pena-, pero este sexy bombón tiene que irse-escupo el agua al escuchar su tono altanero. Eso es nuevo. Y suena terriblemente mal.

- Qué pena, pancracio -Mel se lleva una mano a su pecho.

-Lamento no nutrir tus ilusiones- le guiña con aire seductor. Ella me mira con las cejas alzadas y la boca abierta, pero sólo exploto en risas.

Stif abre su boca para decir algo más, pero la cierra en el último momento y se vuelve serio.

- ¡PEDRO STEFAN RAMÍREZ CORTEZ, TE DIJE QUE APAGARAS EL BENDITO APARATO ESE! -Su madre entra echando chispas desde el otro extremo de la habitación.

-Bien. Hecho. Chicas. -nos fulmina con su mirada patentada de odio. Su madre se le acerca-. Nos vemos después -se despide con un tono que claramente ruega por clemencia.

"Princeso ha dejado la video llamada"

- ¿Princeso? -pregunta a punto de estallar en risas.

- ¿Qué? -me encojo de hombros inocentemente- Fue lo primero que se me ocurrió.

-Sabes que mañana te matará -me dice apuntándome con el dedo a través de la pantalla de su celular.

-No si lo hago primero. A demás, no sabe que fui yo -le recuerdo con confianza y ella rueda los ojos.

- ¿Sabes qué?

- ¿Qué? -pregunto con obviedad y me mira mal.

-En serio creo que la señora Cortez se pasa -alzo las cejas. La hora de las quejas ha comenzado-. ¿Quién te quita el internet antes de las 8:30?

MELODY #ATLANTISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora