Capítulo 4: Celeste

51 6 4
                                    

25 de Agosto del 2015

Querida Celeste:

No sabe quien soy, y tampoco quiero que lo sepa. Pero la he visto y he creído que era conveniente escribirle. Ya casi no es usual recibir cartas, así que supongo que fue una sorpresa para usted cuando abrió la puerta de su casa para salir a pasear y halló el sobre con su nombre.

No hay remitente ¿Quién será? Debe de haber pensado. Soy yo, el que se quiere llamar a sí mismo el héroe de las mujeres. Es probable que piense que estoy loco, escribirle a una mujer sin siquiera conocerla, sin que ella sepa quien soy. ¿Acaso es como esas citas por correspondencia? No, no lo es. Definitivamente no es eso lo que busco. No es que no sea una hermosa mujer con la que podría llegar a salir, simplemente digo que no es el momento, ni el lugar, ni somos los indicados el uno para el otro.

¿Cómo la conocí? Es una pregunta fácil de responder. Estaba en el cine, solo, como la mayoría de mi vida. Intentaba despejar mi mente de un asunto que había estado rondándome. Una carta, para ser preciso.  Como le decía, ahí estaba yo esperando para entrar a la sala, cuando la vi. Miraba al suelo, como si no quisiera ser vista. Entró en la sala y buscó a alguien con la mirada, se sentó a una distancia prudencial y no miró a la pantalla sino hasta que el muchacho la vio y la saludó con una mano, algo extrañado.

Me preguntará porqué recuerdo eso. Lo hago porque me sorprendió la forma en la que él actuó tras verla así. Se sentó con una mirada de tristeza en el rostro y abrazó a la chica que iba con él. Su pareja. Y usted, alzó la vista a la pantalla abrazando su cuerpo. Le había dolido. No tengo duda alguna de que era un ex novio. Me senté a una distancia prudencial de usted, sabía que las cosas podrían ser un tanto incómodas.

Luego comencé a escuchar sus llantos, supe que eran los suyos por dos motivos. En primer lugar, la procedencia apuntaba hacia su lugar, y estaban usted y un hombre que parecía muy entretenido con la película. En segundo lugar, era la única que lloraba por la película, se le veía. ¿Recuerda la mano en el hombro y el pañuelo que alguien le acercó? No pudo verme y agradezco que así haya sido, pero era yo, estaba tendiéndole una mano, la película no era la que causaba su reacción. Ni siquiera la más sensible de las personas hubiera llorado por esa película.

Ahora se preguntará. ¿Porqué le escribo? Eso ya es algo más difícil de responder. Le escribo porque quiero hacerle una invitación. Él parece ser una persona correcta, pero no lo conozco. Le invito a que me cuente a mí, un extraño, qué es lo que ocurrió entre ustedes. Sé que no es correcto esto que hago. Pero en una de esas, hablar de lo que tuvieron, y de lo que pasó para que terminaran, puede ayudarle a que se sienta mejor. A que logre olvidarse de él y seguir su vida adelante. Algo me dice que esa no era la primera vez que coincidían en un sitio.

Pareceré un loco, y quizá lo esté, pero no soporto ver a una mujer llorar, estar triste. Desde niño se me dijo que jamás lo hiciera, que jamás lo permitiera. Y recién recordé esas palabras hace unas semanas. Si pudiera llevar un traje de superhéroe, no dude en que mi principal objetivo sería librar al mundo del llanto de las mujeres. Y no porque sea algo molesto, al contrario, lo haría porque está mal que una mujer llore, está mal que una mujer sufra. Si alguna de ustedes sufre, es porque algo estamos haciendo mal los hombres. Hubo algo que no impedimos.

Si deseara aceptar mi propuesta, solo me resta decirle que aquí estaré para leerle. Lo único que debería hacer es escribirme y entregarla en el cine, ellos sabrán que hacer, les he pedido el favor. No hace falta remitente, no hace falta nada de nada. Simplemente una hoja escrita que quiera hacerme llegar. Yo estaré ansioso esperando su respuesta, iré constantemente a ver si respondió a estas palabras. Si deseara rechazarla, estas serán mis últimas palabras.

Sigue adelante y sé feliz.

El chico de la butaca 6 fila H.



Oculto tras las cartas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora