Capitulo 9

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Nota: me veo con la obligación de avisarles que este capitulo contiene lemon.

Narra Rigby

Me encontraba completamente sumergido en mis pensamientos o más bien dándole vueltas a lo que dijo Mordecai.

"Tranquilo, pronto el único que podrá besarme serás tú".

¿Cómo estaba tan seguro de lo que decía? Podría arrepentirse de dejar a CJ en el último momento. Tal vez todo lo que pasaba entre nosotros fuera solo un simple juego de niños sin más. De verdad quería a Mordecai, pero para él quizás no era importante.

—Tal vez ni siquiera me quiera como yo a él...

Susurré suspirando, sentí unos brazos rodearme por la cintura, pegué un pequeño respingo sobresaltado.

—¿Cambiaste de opinión? ¿Ya no me quieres?

La inconfundible voz de Mordecai sonó junto a mi oído, negué con la cabeza ante su pregunta.

—No era eso, solo estaba pensando.

—¿Se puede saber en qué pensabas?

El dilema más grande de mi vida. ¿Podía decirle lo que pensaba sin dañarlo? Tal vez tenía que hacerlo, después de todo, a él también le incumbía. Me armé de valor y me dispuse a hablar.

—Bien... —me di vuelta para poder mirarlo a la cara—. Estaba pensando si te arrepentirías luego de cortar con CJ.

Mi voz temblaba bastante más de lo que hubiera querido, él me miró con una ceja arqueada.

—¿Por qué crees eso? —me encogí de hombros—. No seas tonto, Mapache, ya te lo dije, decidí que quería estar contigo, no con CJ —posó una de sus manos en mi mejilla y la acarició con su pulgar—. De verdad te quiero. Ahora deja de rayarte la mente pensando que voy a quedarme con CJ ¿sí? —me dio un beso rápido y me miró, solo asentí como "niño bueno" aun con la sonrisa de idiota en mi rostro—. Y si aún no me crees, puedo reafirmártelo...

Comenzó a besarme el cuello haciendo que pequeños gemidos salieran de mi boca.

—M-Mordecai, espera...

Lo aparté un poco de mí. No me molestaría que me "reafirmara" que me quería, pero en la casa entraba y salía gente todo el día, no quería hacerlo a estas horas cuando había tanto tránsito.

—¿Qué sucede?

Su mirada estaba fija en mí, me hacía poner algo nervioso, aún más por la situación en la que estábamos.

—N-no quiero hacerlo en un lugar como este y menos a estas horas del día.

—¿Dónde quieres ir entonces?

—N-no me refería a eso...

¿Cómo le decía que solo me daba vergüenza? Sabía que él pensaba que no era vergonzoso, aunque no lo fuera realmente cuando se trataba de hablar de sexo, pero ahora lo involucraba él también, así las cosas, se tornaban distintas.

—¿Entonces a qué?

—S-solo espera hasta que todos se vayan a dormir...

—Está bien, si así lo quieres... —me besó en la mejilla, lo miré y él sonrió—. Iré por algunas cosas, nos vemos después

—¿Qué vas a comprar?

—Algunas cosas para la ocasión.

En mi cara apareció nuevamente el sonrojo, lo sabía por como ardía mi rostro, él volvió a sonreír con picardía y luego se fue. ¿Alguna vez me había planteado esto? Hacía casi ya un mes que esto empezó y, hasta ahora, no se me había cruzado por la cabeza el hecho de que en algún momento íbamos a tener sexo. La idea me aterraba, no porque fuera con Mordecai, si fuera con otro hombre seguramente no lo haría, lo que me aterraba que, entre él y yo, yo sería el de abajo. Comencé a entrar en pánico, ni él ni yo conocíamos la mecánica de esto... bueno en realidad sí, pero iba a ser más difícil de llevar para mí. ¿Cuántas horas faltaban para que se hiciera de noche? Miré mi reloj, obviamente faltaba bastante para que anocheciera, pero para mí era cuestión de segundos hasta que llegara la hora del acto.

No hay tiempo para fingirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora