Es bonito no sentirse dolida, ni traicionada, ni engañada ni... Ni mal. Es bonito no sentirse mal. Es bonito sentirse bien. Sentirse alegre. Con fuerzas para todo. Es bonito sentirse así todo el rato.
Y también es bonito restregarte toda esta jodida felicidad en tu cara. Toda.
Había olvidado cómo se sentía la felicidad. Pero ahora vuelvo a saber lo bonito que es no sentirse mal.