Es bonito tener gente en la que apoyarse. Que te comprenda, que quiera que estés bien, que haga lo que sea por dibujarte una sonrisa en la cara.
Esas sí son las personas que merecen que dejes tu orgullo a un lado. Esa es la gente que, por más que lo parezca, nunca te va a decepcionar del todo.
No se sabe cuando, ni cuantas, ni quienes van a ser esas personas, pero se demuestran en poco tiempo. En muy poco.
Es bonito no tener que preocuparse por si esa persona te va a defraudar. No lo hará, y si, por mínima que sea la posibilidad de que lo haga, te defrauda, lo arreglará todo, eso sí que es seguro.
Vuelvo a decir, lo bonito que es estar así. Feliz. Sin preocupaciones.
Es bonito que te quieran, ¿verdad?