Un almuerzo

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— Yaaaayyy—Taylor giraba en su silla con los brazos arriba sosteniendo un papel, y no era cualquier papel era el cheque de su salario.
Habia planeado en su cabeza ir de compras, pero su cara cambio cuando recordo el pago del telefono, de la luz, del agua y del apartamento.

La hora del almuerzo llego y recordo que habia quedado con Sandra en ir a el restaurante que quedaba en la esquina. Le habia hablado para ver si ella estaba lista pero a sandra le habian salido algunos inconvenientes y le recomendó que se adelantara que en poco la alcanzaría.

Adentro del restaurante era sencillo con una gran iluminación del sol, manteles chocolate y sillas crema con cuadros  de artistas que para ella eran desconocidos.

Habia ido a sentarse a una mesa para dos, pedido un vaso de agua, y estaba esperado a Sandra. Miro el reloj y su celular sonó; era Sandra le habia salido una junta de último minuto. Trató de disculparse pero Taylor le decia que no pasaba nada y otro día podrian venir.
El mesero regresó y ella pidio la cuenta
Taylor iva a sacar su billetera de su bolso pero una suave, cálida mano le sostuvo la muñeca, levantó la vista hacia el dueño de la mano y era de su jefe.
—no se preocupe yo lo pagó— dijo normal, saco su tarjeta de crédito y se la dio al joven mesero.— vengo porqué Sandra me pidio un favor; que la acompañara a almorzar—
Dijo sentandose enfrente de ella, Taylor no sabia que le volvia loca en éste momento , si que su amiga la hubiese  traicionado diciendole a su enemigo que almorzara con ella o si su jefe le pagó un vaso de agua sin dejarle opción, osea forzadamente, algo que Taylor odiaba.

Taylor iva a levantarse e irse pero su jefe sin quitar la mirada del menú dijo — es una orden, Hill—

Querida Sandra, no sabes lo que te espera

Rendida se sentó y su jefe la miro — acepte venir por qué tengo varias cosas que decirle, número uno quiero que de aqui en adelante me llame por mi nombre, y segundo tenemos un viaje de negocios que realizar,iremos a Paris— dijo como si nada mirando el menú, en cambio Taylor se paralizó

El mesero regreso y le devolvió la tarjeta, tomo la orden de Max y le pregunto a Taylor cual era su orden

Pero en estos momentos lo unico que pasaba por el cerebro de Taylor era una simple equacion:

Jefe+ Taylor+ Paris ( cuidad mas romántica del mundo)= catástrofe y pesadilla

—Señorita Taylor¿Que desea usted?— la voz del mesero la saco de su pequeño video de lo que probablemente pasaria en Paris.

— Yo.. Yo solo quiero un zumo de naranja y un paninin— el mesero se retiró y Max la miro a los ojos — por cuanto tiempo iremos señor.. digo  Max—

— Solo dos mañana y pasado,y como se que preguntara, iremos a la inauguración de un hotel y al día siguiente iremos a cerrar un trato con un cliente nuevo—

Taylor suspiro hondo no sabia que tenia que hacer ella en Paris, y cuando llegaron sus pedidos, devoró el de ella, Max la veia raro —¿ Que?— le dijo ruda —¿ Acaso uno no puede comer rapido?— Max no le dijo nada solo contesto con una sonrisa diferente que aunque Taylor no quería admitir, era linda y adorable.

—en fin, ¿Porqué quiere que le llame por su nombre?— le pregunto con los codos en la mesa sosteniendo el paninin con su manos
La verdad Max no sabía exactamente porque le habia dicho eso asi que inventó algo
— Ya son quince días que trabajas como mi secretaria, y aparte mi padre es un Malik, mi abuelo es otro Malik cuándo vamos a las juntas y dices "señor Malik" - imitó la voz de ella-todos giran a verte ¿no?—
Por primera vez en la historia estaba de acuerdo con su jefe
— Cierto, es algo incomodo— dijo sonriendo y asintiendo al mismo tiempo

—eh, Taylor, tienes un— señalo su dentadura — un pedazo de brocoli entre los dientes—

Orgullo vs prejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora