Once

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-¿Terminaste?-dijo abriendo un solo ojo porque el otro Gabriella lo estaba maquillando

- Listo - dijo emocionada tomo un espejo y se lo dio a Taylor

- Alguna vez te intereso trabajar en un salón de belleza- dijo seria, Gabriella con miedo a que a su amiga no le hubiese gustado su maquillado nego con la cabeza -pues deberias- el teléfono de Taylor comenzo a sonar lo tomo y miro quien era - Mi jefe- le dijo a Gabriella y contesto

-Taylor, digo Señorita Hill, se que hoy no trabaja pero solo le robare un minuto de su tiempo- la voz de su jefe sonaba agitada como si hubiera corrido un maratón.

-¿eh?-

- ¿cuál seria el regalo perfecto para usted si cumpliera dieciocho años?

-umm- pensó mucho la pregunta - un auto-

-okey, gracias- y colgó

(...)
Taylor mostró la invitación al guardia de seguridad de la entrada.

le pareció gracioso que ella había vendido en taxi y habia caminado unas cuantas cuadras para llegar al lugar mientras que los otros invitados eran dejados por sus choferes en la entrada del salon, bajaban  de autos que a Taylor le parecían naves extraterrestres porque jamas en su vida habia visto autos tan lujosos. Entró al salón y levantó la vista al gran candelabro colgando en la recepción

-¡Taylor! ¡Llegaste!- Abby la recibió con los brazos abiertos, aunque la había visto solo una vez se hicieron amigas, y no importo la diferencia de edades.

-Te vez espectacular Abby- la abby de la otra vez vestia pantalones y camisa aguados encambio esta vestia elegante y estaba maquillada como las celebridades, bueno con esos padres millonarios era una celebridad, no?

En fin se veia espectacular, tomo su mano y la llevo a hasta una mesa, y detras de el hombro de Abby, Taylor miro qué la mesa no estaba vacía sino era la mesa dónde estaba los Malik todos menos su jefe

-mamá, mira quien llego-

-Taylor!, llegaste, te ves bien- la madre de Su jefe se levantó de su silla y la saludo con dos besos en las mejillas, giro para ver a su marido sentado en una silla comiendo galletas de un plato que estaba en medio de la mesa y le dio una mirada de "levanta ese trasero y saluda" y el le obedeció.

-un gusto volverte a ver, Taylor. Porque no te sientas aqui en esta mesa tenemos espacio libre?-

Taylor miro todo el salón repleto de gente y sabia que no encontraria alguna otra silla vacía, Asi que acepto

La mamá de su jefe no dejaba de preocuparse por su hijo cada cinco minutos como si fuera un puberto saliendo por primera vez con sus amigos.<< lo voy a llamar>> decía ella y el padre de su jefe la miraba con cara de fastidio y le decia  << tiene que venir, es el cumpleaños número 18 de su hermana>>

La pista de baile estaba llena de personas bailando cualquier canción que sonara, la comida era una delicia jamas en su vida habia comido tan delicioso cada bocado era una nube en el paraísos. Ohhh y casi lo olvidaba, la fuente de chocolate, los dulces, los chocolates, los macaroons, los bombones eran una delicia y si Abby queria encontrar a Taylor era en la mesa de dulces.

Los Malik estaban en la mesa del pastel y los invitados cantaban "feliz cumpleaños", y el jefe de Taylor nunca llegó.

Las luces se apagaron derepente y cuando volvieron a encenderse habia una gran regalo en el centro de la pista de baile vacia. Todos dejaron el pastel y fueron alla abby literalmente se subio se trepo en el regalo y rompio el papel en el que estaba envuelto y cuando vio que era se queria desmayar, mas bien si se desmayó

Todos estaban preocupados  alrededor de Abby, en eso llegó Max con una jarra de agua -permiso, permiso. Yo se como solucionar esto- al momento que estuvo enfrente de ella se la tiro, con la jarra tambien.

Abby se levantó abriendo la boca tomando un puño de aire
al primero que vio fue a Max y lo abrazo.-gracias, muchas gracias eres el mejor hermano-

La fiesta transcurria y Taylor estaba en la mesa de dulces y cuando vio a su jefe caminar hasta ella dejo el plato con bombones en la mesa, no sin antes meterse un entero a la boca.

- Hola- dijo el como si nada

-Hola-

-Hill, muchas gracias por la idea del regalo y por ayudar a mamá con la fiesta- eso si que no lo esperaba, su jefe dándole las gracias.

-No tiene que agradecer- dijo indiferente

- ¿Quieres bailar?, has estado parada ahí un buen rato-

- no me gusta bailar, ademas es tiempo que regrese a casa- mentiras,mentiras,mentiras.

- ¿quieres que te lleve?-

- no, cmainare una cuadra y pedire un taxi- todo lo decian de una manera fría, pero los ojos de ambos tenian un brillo
- Hill te llevo yo si o si-
-de acuerdo- se rindió, odiaba rendirse pero esta vez tenia una escusa; no soportaba los tacones de Gabriella.

Se despidió de todos los que ella conoció y conocía de los malik y siguió a su jefe esta la puerta. El joven del valet parking le entrego las llaves subieron al auto

El camino fue incómodo no hubo platica la única ocasión que hablaron era cuando le dio la dirección de donde quedaba su casa. Pero su inteligete jefe se perdio y puso en escusa que "jamas habia visitado la parte de la cuidad dónde su vecindario estaba porque el solo iva a los lugares más prestigiosos de la cuidad", obviamente Taylor giro la cabeza cerró los ojos y le pidio a la virgen del metro que le diera fuerzas para no matar a su jefe.

- ¿Este es tu hogar?- pregunto Max un poco dudoso, a Taylor aquel comentario le pareció como si el apartamento en el que ella vivía fuera una pequeña caja de cartón para el.

-Si, aqui es. Muchas gracias- dijo molesta bajó y cerró la puerta con la mayor fuerza, paso enfrente del auto mientras buscaba las llaves.

Max bajo la ventanilla del auto -La veo mañana, que pase buenas noches- y arrancó.

Taylor subio las escaleras y introdujo la llave en la puerta la abrió y en el sofá estaba su padre muy concentrado leyendo una revista

- Otra vez espiando por la ventana- lo regaño ella

Tom solto una risotada - Porfavor- hizo un gesto desprevenido -eso es para viejas entrometidas-

Taylor se cruzó de brazos- No sabias que leías al revés- dijo señalando a la revista.

Su padre suspiró y sonrio para si mismo -¿es el tu jefe?-

- Si, ese es el odioso de mi jefe, puedes creer que se burló de el lugar dónde vivimos, si no fuera por el sueldo que me dan cada quincena creeme que estaría fuera-

Orgullo vs prejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora