Mientras se acomodaban en el carro, el silencio entre Aome y sus padres era pesado, cargado de palabras no dichas y emociones reprimidas. Finalmente, Aome rompió el silencio, su voz temblorosa pero decidida.
—¿Por qué me lo ocultaron? —preguntó, mirando a Naomi y Takeo con una mezcla de dolor y desconfianza.
Naomi suspiró, tomando la mano de Aome.
—Fue por Naraku y otro individuo, Kirinmaru. Se aliaron y se volvieron extremadamente peligrosos. Amenazaron con hacerte daño si no seguíamos sus órdenes —explicó Naomi, su voz llena de tristeza.
Aome frunció el ceño, tratando de comprender.
—Cuando te dejamos con tus abuelos, ellos no sabían que éramos espías. Pensaban que teníamos trabajos normales —continuó Takeo.
Aome asintió, recordando las veces que sus abuelos le decían que sus padres habían tenido un accidente.
—Recuerdo... —murmuró Aome—. Recuerdo que siempre me decían que ustedes tuvieron un accidente y no podían volver.
Naomi asintió, apretando la mano de Aome con más fuerza.
—Tu abuelo, el padre de tu padre, se enojó mucho cuando se enteró la verdad. Quería protegerte a toda costa. Cortamos toda comunicación después de un tiempo, creyendo que era la mejor manera de mantenerte a salvo —dijo Naomi, con los ojos llenos de lágrimas.
Aome sintió una oleada de recuerdos invadir su mente. Recordó las veces que su abuelo la miraba con una mezcla de amor y preocupación, cómo siempre se aseguraba de que estuviera a salvo, pero nunca le explicaba por qué sus padres no estaban allí.
—Él pensaba que era mejor así. Que si creías que estábamos muertos, estarías a salvo de los peligros que nos acechaban.
Aome cerró los ojos, sintiendo las lágrimas acumularse nuevamente.
—Pero crecí sin ustedes. Me sentí abandonada —dijo con un nudo en la garganta—. ¿No había otra forma?
Takeo negó con la cabeza, su expresión llena de remordimiento.
—Intentamos todo lo que pudimos, Aome. Pero Naraku y Kirinmaru eran implacables. Hicimos lo que creímos mejor para protegerte.
Aome se quedó en silencio por un momento, procesando todo lo que había escuchado.
—Entiendo... —susurró finalmente—. Pero necesito tiempo para procesarlo todo. Necesito respuestas, y las necesito ahora que estamos juntos.
Naomi y Takeo asintieron, comprendiendo la gravedad de la situación.
—Te prometemos, Aome. No más secretos. Te contaremos todo lo que necesitas saber —dijo Naomi con determinación.
Aome asintió, sabiendo que este era solo el comienzo de un largo camino para sanar las heridas del pasado. Pero al menos, ahora tenía a sus padres a su lado para enfrentar el futuro, por incierto que fuera.
Cerró los ojos y dejó que los recuerdos fluyeran, imágenes difusas y fragmentadas de su infancia que ahora cobraban más sentido a la luz de lo que sus padres le habían contado.
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Una noche lluviosa, Naomi y Takeo llegaron a la casa de los abuelos de Aome. Naomi llevaba a una Aome muy pequeña, envuelta en una manta, mientras Takeo cargaba una maleta llena de sus pertenencias. El abuelo, un hombre alto con el cabello canoso y una expresión severa, abrió la puerta, su mirada dura suavizándose al ver a su nieta.
—¿Qué está pasando? —preguntó el abuelo con preocupación, mirando a su hijo y su nuera.
Takeo tragó saliva, sabiendo que debía revelar la verdad.
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Los Espias
RandomEn esta versión moderna de "Inuyasha", Inuyasha y sus amigos, que apenas se conocen, se verán envueltos en una serie de intrigas donde descubrirán secretos ocultos y se desarrollarán romances inesperados mientras persiguen a Naraku y buscan respuest...