-Bueno blanquita, hace mucho que no te veíamos, desde el curso pasado creo, ¿Qué ha ocurrido? Si no es una molestia.-Dice con cara de falso interés-.
-Nada importante, solo unos viajes por todo el mundo debido al trabajo familiar.-Dije indiferente; no caería en sus trucos-
-¿Solo? Eso me parece una excusa muy barata. Suéltalo, o lo saco yo.-Dijo amenazante-
-¿Es un amenaza? No sabes con quién hablas, vete y déjame en paz ya, joder.
¿De dónde ha salido este tío? Que yo recuerde el curso pasado no estaba, entonces ¿cómo me conoce? ¿Será un loco que me persigue? Mejor lo dejo en el aire y me termino mi comida, que aún quedan cuatro horas de clase. Que mierda. Dios si ni siquiera tengo hambre. Como no sabía qué hacer, pues había tirado mi bandeja de comida, decido irme a la biblioteca, es el único lugar donde puedo estar relajada y sobre todo, no escuchas las voces de los demás. Durante un año me dediqué a leer exclusivamente libros de la literatura antigua, asique...no se, anoche soñé con algo que parecía ser un vampiro, no lo se a ciencia cierta porque todo estaba oscuro, solo veía un cuerpo sobre una cama, y una dulce voz recitando unos versos. Venga Estela, busca algo de vampiros, no creo que te haga nada malo, total, más antisocial no puedes ser.
-¿Puedo ayudarte?-Dijo el amable bibliotecario-.
-Esto...sí por favor, busco un libro de historias sobre vampiros, tengo curiosidad.
-Siento decirte que ese tipo de libros nos ha hecho quitarlos de aquí, pues algunos alumnos lo veían como inútil.
-Oh, qué lástima-dije bastante apenada- bueno muchas gracias de todas formas.
-De nada, Estela.
¿Estela? ¿Cómo sabe mi nombre? Quizás me conozca porque a lo largo de mi vida académica en esta escuela he debido de pasar más tiempo aquí dentro que en un centro comercial. Sí seguro es eso.
Tras dar unas vueltas recordando el campus, sonó el timbre de fin del descanso. Vamos a Matemáticas; es que si hay algo en esta vida que más odie, son las mates, a ver, no se me dan nada mal, pero mezclar letras y números debería ser ilegal. No se, llámame loca, pero no lo veo lógico.
Por fin se acabó la clase de mate, decido mirar mi horario, aún no me lo se; parece ser que me toca Educación Física, ¿por qué estoy en esta clase? yo no se correr y mucho menos coger un balón... tengo que hablar con la secretaria del director, si no quiero manchar mi expediente con una clase suspensa. Bueno, intentemos el primer día, quizás no sea tan malo.
Tras dar un montón de vueltas encontré el gimnasio-estaba lejos-. Suspiré y entré, sabiendo que ya llegaba tarde, pero cuando iba a abrir la puerta, escucho una voz irritante.
-¡Hombre blanquita! Qué sorpresa verte en este lugar, jamás me lo hubiese imaginado.-abre la puerta y me empuja para entrar él primero, pero no sin antes decirme al oído: estás perdida blanquita-.
¿Qué se cree este semental? Seré una chica delgaducha,pero si me cabreas puedo matarte a puñetazos. En ese momento no se qué ocurrió dentro de mí, todo mi cuerpo parecía temblar, mis manos y mi cara estaban calientes
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ROSA NEGRA
Teen FictionHola criaturitas, por si no habéis leído mi descripción en el perfil: voy a comenzar una historia, voy a intentarlo, no prometo nada de nada. No ando con rodeos, ahí va. Pd: el título y la portada QUIZÁS LAS CAMBIE.