VIII

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Cuando Estela se disponía a salir de su casa su paso se vio interrumpido por una llamada telefónica.

-¿Sí? Estela al teléfono.

-Hola cariño, soy mamá, ¿qué tal esa cita?-Estela pudo notar la sonrisa de su madre.

-Como la cita no había sido nada de lo esperado, prefirió contarle una pequeña mentira, no quería preocupar a su madre. Muy bien mamá, Marley me llevó a la ciudad para comprarme un libro ya que yo no tengo coche, es un amor de persona la verdad.

-Recuerdo cariño que solo tienes diecisiete años y que aún eres muy joven para pensar en chicos, debes estudiar para tener un buen futuro.

-Claro mamá-tose- lo siento-se disculpa Estela por toser.

-Uy cariño ¿estás mala? Deberías ir al médico.

-Relájate mamá es solo tos, aquí el tiempo es muy variado y ya sabes como soy yo a los cambios de temperaturas.

-Pídele a ese Malor que te lleve al médico, si no le es molestia, claro.

-Marley mamá, y eh...bueno...está algo ocupado con los deberes y que debe cuidar a su hermana-miente. Mamá debo dejarte que ahora mismo iba a hacer unos recados, la nevera está vacía-vuelve a mentir. Te quiero.

-Y yo a ti mi reina-fin de la llamada.

Tras finalizar la llamada Estela se entristece pues se da cuenta de que en menos de un día Marley se ha convertido en algo así como su segundo cuerpo, algo que no entiende pues nunca le ha pasado.

Le echo de menos-se sienta en las escaleras de la entrada de la casa- ¿por qué siento esto? Duele mucho el corazón, no lo entiendo, esto suele ocurrir cuando estás muy unido a una persona, cuando la conoces desde hace mucho tiempo, pero Marley entró en mi vida hace un día. Es todo tan extraño, mejor me pongo en marcha que el camino al campus es muy largo para ir a pie, y no quiero que se me haga de noche, cosa que ocurrirá porque soy demasiado lenta. Maldito cuerpo inútil.


A veces desearía volver atrás y tener el poder de controlar las cosas para borrar todo aquello que salió mal. Desearía poder tener una vida plena y feliz. Desearía poder disfrutar de mi juventud en su plenitud con todo lo bueno y también todo lo malo. Sólo desearía poder...ser yo.

-¡Marley! Baja un momento, por favor.

-Ahora no puedo...estoy haciendo deberes.

-No me vengas con chorradas, baja de una vez. No hagas que me enfade. Por tu bien.

-Da vuelta a los ojos. Voy...

-¿Qué quieres?

-Hoy casi no has pasado por casa ¿tienes novia? Ya sabes que no puedes.

-Lo primero, no tengo novia, y lo segundo, si la tuviera no podrías impedírmelo.

-Sí puedo, en esta casa mando yo y tú debes obedecerme.

-Sí...sí lo que la Señorita desee. Si usted me disculpa...me voy a mis aposentos-se burla.

Veamos ¿por dónde estaba? Dios no me dejan en paz, quiero estar solo, pero no,  vienen a molestar-suena la puerta-¡QUÉ! Necesito tranquilidad, dejarme respirar.

-Lo siento Marley, soy yo, Clem.

Clem es mi hermanita, es la única en esta casa que me entiende, es exactamente como yo pero en chica. La quiero mucho.

-Disculpa Clem, estoy demasiado nervioso.

-Marley, se lo que te está pasando, Anne me lo enseñó y me dijo que te diera esta carta. No la abras hasta que veas el momento adecuado, correrás peligro.

-¿Cómo? No entiendo.

-Te lo explicaré...

>>Cuando tenía siete años comencé a leer un libro sobre vampiros y seres sobre naturales. Me fascinaba todo aquello y deseaba con todas mis fuerzas ser uno de esos seres, no sabía por qué, supongo que era para destacar sobre los demás, ya sabes...ser distinta; lo que nunca habría imaginado es que una tarde todo daría un vuelco.

>>Me encontraba en un banco leyendo mi nuevo libro y una señora de unos ochenta y algo se sentó a mi lado, no dijo nada, tan sólo me miraba fijamente como queriendo leer mi mente, cosa improbable; de repente de su boca sale la palabra sanguis, yo no entendía el porqué de aquel enunciado, lo dejé pasar. Un rato después la señora se fue y mi cuerpo se sintió morir, no se explicar la sensación, pero no se la recomiendo a nadie, a lo que iba, esto tiene relación con la carta, pues esa señora se convirtió por decirlo de alguna forma, en mi sensei para que lo entiendas, me enseñó todo lo necesario sobre supervivencia entre vampiros, no sabía por qué lo hacía, pero me gustaba; cuando cumplí quince años lo entendí, cuando en aquel banco pronunció aquella palabra había metido algo dentro de mí, y eso era un nuevo yo, un yo muerto, un vampiro.

>>Ella vino hace una semana diciéndome que algo raro iba a suceder, un familiar, en este caso tú, traería consigo una desgracia para una mundana, luego me dio la carta me dijo que no la abrieras hasta que fuese el momento y aquí estoy<<.

-Pero vamos a ver, no entiendo nada, ¿cómo sabré cuando debo abrirla? Y además, ¿cómo sabes que esta carta es para mí y no para otro?

-Porque eres el único que va a la escuela y se relaciona con mundanos, ya sabes que tengo un don que me permite tener una vaga idea de la vida de las personas, y de ti me dice que hace un día empezaste a hablar con una chica. Ten cuidado Marley, no quiero que te pase nada.


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⏰ Última actualización: Dec 15, 2015 ⏰

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ROSA NEGRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora