Capítulo 14

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No llores, Kendall.

Allí estaba yo. Completamente en shock. No podía creer lo que estaba pasado. Mis manos se aferraron al asiento del copiloto. Estaba a un paso de alejarme de este monstruo y volver a casa pero... ¿Por qué me sentía defraudada? ¿Por qué me sentía como si me faltará algo o quizás alguien...?

Agité mi cabeza y cerré mis ojos.

Quien me falta es mi papá.

Mire atentamente a Justin. Sus nudillos estaban blancos por apretar el volante y su mirada estaba perdida. Podía notar su dolor, su miedo, su rabia. ¿Cómo una persona puede sentir tantas cosas y aun así ser completamente indiferente?

- ¿Qué cojones estás esperando? - Su voz profunda me sorprendió. Su ceño se fruncio y giro la cabeza, mirándome. - ¿A qué te abra la puerta como una princesa? - Rió secamente. No llores, Kendall. - Fuera. - Dijo frío. - FUERA. - Gritó y me aferre al asiento. No llores, Kendall. Volví a recordarme.

- ¿Q-qué? - Dije sin entender. Justin bufo, coloco sus gafas y volvió su mirada al frente.

- Eres libre. ¿No era lo que querías? - Susurró igual de frío.

Joder esto no era lo que quería...
Bueno si, pero... no de esta manera.

Mis ojos empezaron a picar y el nudo de mi estomago empezó a subir a mi garganta. No llores, Kendall. Me repetía una y otra vez. No iba llorar delante de él. No de nuevo. Lo miré por última vez, capturando cada imperfección de su cara y abrí la puerta. De repente agarro mi muñeca impidiéndome salir.

- Kendall. - Me llamó y una lágrima cayó sin avisar por mi mejilla.

- ¿Qué? - Esta vez era yo la distante.

- ¿Estás bien? - ¿Preocupado? Y una mierda.

- Mejor que nunca Biebs. Hasta nunca. Que te vaya bien. - Me solté de su agarre y corrí hacía la puerta del hotel. Todos me miraban como si de un fantasma se tratase y caí en cuenta. Todos pensaban que llevaba dos semanas secuestrada, lo que era cierto pero yo jamás delataría a Justin. Al fin y al cabo, estaba viva, ¿no?
Me tape con mi abrigo y acelere mi paso hasta recepción.

- Hola. - Llamé la atención de una chica rubia. - Soy Kendall Jenner. Tengo una habitación aquí, la 398, si recuerdo bien. ¿Podría darme otra llave? Tuve un percance y la perdí. - Dije y la recepcionista asintió.

- Señorita Jenner. Un gusto volver a verla. Su padre ha estado muy preocupado por usted. - Sonreí falsamente y cogí la llave.

- ¿Podrías hacerle llegar un mensaje a mi padre? - Ella asintió. - Hagale saber que estoy bien, que le llamaré cuando pueda y que todo ha sido un mal entendido.

- Lo haré, señorita Jenner. Que tenga un buen día. - Asentí agradecida.

Caminé hacia el ascensor pensando en que mierda le diría a Hailey. ¿Dónde había estado? ¿Con quién había estado? ¿Por qué no había llamado? Oh, joder. Suspire y una lágrima volvió a salir de mi ojo izquierdo.

- Solo quiero irme a casa. - Volví a repetir lo que le dije a Justin. - Solo quiero irme a casa. - Reí irónica.

Gilipollas.

Salí de al ascensor y abrí la puerta de mi habitación.

- ¿HOLA? ¿Hailey? ¿Estás aquí? - Grité. Tire la llave a la mesa y me tumbe en la cama. Suspire - Otra vez sola. - Me levante con pereza, recogí mi pelo en una cola. Oh si, mi ropa. Corrí hacia donde se encontraba mi ropa. Agradecida cogí unos pantalones negros brillantes, una blusa turquesa y mi ropa interior. Me deshice de la ropa que llevaba tirándola al suelo del baño y entré en la ducha. Estuve allí adentro lo que para mi fueron horas. Cuando al fin salí me enrolle en una toalla, seque mi cabello y lo cepille. Cuando me dispuse a salir del baño tropecé con la ropa que tire al suelo. La ropa que me compró Justin. Me agache y recogí la blusa. La acerque a mi rostro y suspire fuertemente. Podía oler a él. A su jabón de lavar y a su perfume... Oí la cerradura de la puerta abrirse.

Revenge - {Justin Bieber & Kendall Jenner}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora