La alarma sonó. No. No. No. Clases. Otra vez. Abby todavía estaba dormida. Me levante de la cama, caminé al baño, procedí a quitarme la ropa y ¡wala! Estaba completamente desnuda dispuesta a que el agua caliente recorriera mi cuerpo frío y perezoso. Me metí al cubículo transparente lo cerré y cuando me disponía a abrir la llave, la puerta de la habitación se abrió la luz se encendió y el agua salí como un torrente golpeándome el rostro y más arriba mojándome el cabello. Joder.
-Lui, cariño, el agua esta frí...a -A que sí.
Pegue un brinco hacía atrás, mi espalda pego en el cristal que hizo un ruido por el roce del agua y mi espalda. El agua seguía cayendo. Metí un pie, y el agua fue subiendo hasta mi pierna. Vamos esto es delicioso. Me adentre más y ya llegaba a mi abdomen, y así fue hasta mi cabello.
-Abby, ya es tarde. -Escuche a mi madre gritar. Lo mismo otra vez.
Al terminar, tome una toalla y la enrolle e mi cuerpo, otra la enrolle en mi cabeza y salí caminando con cuidado de caer. Fui al armario y saqué unos Jeans azules, que me quedaba demasiado ajustados pero se me veía bien. Los tire en la cama de mi hermana quien ya estaba en la fase dos. Sentada como un moribundo viendo el infinito. Hice una mueca con mis labios y volví a mirar el armario, tome una blusa que me llegaba al ombligo de color negra y una cazadora de cuadros azules y negros, cogí mi ropa interior, y tire todo a la cama. Por ultimo mis converse negros.
Mientras Abby iba de camino al baño yo me colocaba la ropa. Al terminar fui y me senté en el tocador. Tomé el secador y recordé:
-Abby, el agua esta fría. -Grité y luego siguió ella, creo que eso la despertaría.
Mamá se había ido cuando Abby se sentó en la cama, organice mi cabello dejándolo suelto, tome una coleta y la amarre a mi muñeca. Me puse en pie y pude observar como mi cabello caía en ondas por mi espalda. Me encantaba mi cabello. Tome las gafas que allí estaban, en ese instante salió mi hermana, me miro y sonrió, a ella le gustaba mi forma de vestir, que era la misma que ella, obvio, siempre habíamos compartido eso.
Tome mi maleta empaque los libros y me senté en mi cama para luego prender la TV.
-¿Qué tal tu sueño? -La mire y ella río. Sabia de que le estaba hablando.
-Dime lo tú, Lui. -Me mordí el labio inferior y mire la TV.
-Nada, la ciudad de los ponys volvió a ser ataca por la pony bruja malvada.
Ella rio y comenzó a cambiarse. Lance un suspiro. Mi sueño había sido más al estilo cliché, soñé con Thomas, que era un noble rey, que acogía en su castillo a una humilde princesa perdida en el bosque. La voz de Abby me trajo en sí.
-¿En qué piensas? -Agite la cabeza.
-¿Cómo salvar a los ponis?
Me levantó de la cama, bajamos las escaleras, y al llegar al comedor me acerque a papá y le di un beso en la mejilla luego a Nass y por ultimo a mamá, me senté al lado de mamá que era el puesto que me correspondía, enfrente de Abby.
El desayuno fue mi favorito, pancakes con mermelada o miel. Los comí rápido, o llegaríamos tarde a la escuela. Subí me lave los dientes y nuevamente baje. Al ser las 7:00am. Los tres salimos, el chofer nos esperaba. Por último se subió Nass.
Cuando íbamos de salida observe nuevamente el delfín dentro de la dona gigante. Sí que me atraía esa cosa.
Al llegar a la escuela Abby me tomo del brazo y caminamos. Pude observarla mejor. Se veía genial. Llevaba unos converse blancos, unos Jeans negros, una básica blanca y una cazadora de cuadros rojos con negros, el cabello le caía en los hombros. Siempre le gusto corto.
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Algún día...
Teen FictionElla, fuente del destino. Él, minúscula parte del mundo escondida tras el polvo. Ellos, La mejor alquimia que pudo salir de la nada. Un nuevo Big Ban. Un nuevo grito. Una nueva mona-lisa. Un nuevo Beethoven. Una obra de arte, esculpida en p...