III. Recuerdos

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III. Recuerdos.

Acobijados en nuestra cómoda madriguera nada podía pasarnos. No era exactamente una madriguera y resultaba a ser más bien a una cueva amplia en la cual entraban tres lobos adultos.

Tila, nuestra madre, hacía todo lo posible para que no nos faltara lo estrictamente necesario, eso incluía la prohibición de caprichos.

Desde el día en el que Zoer la había retirado a los lugares más inhóspitos del territorio; mi madre tenía que cuidar de nosotros e ir a buscar comida, sin aproximarse demaciado a nuestra antigua manda. Las supuestas desgracias eran bienvenidas gracias a nosotros; la familia de lobos; los marcados, así era como se le llamaban a los hijos de padres de diferentes manadas y si alguna estaba en contacto con un mundo ajeno al nuestro.

Aun recuerdo los días en los cuales mi madre miraba hacia la montaña con la esperanza de oír alguna vez el aullido de mi padre.

Decía de que nuestro padre volvería algún día a buscarnos y nos alejaría de nuestro horrible lugar, poco a poco comprendí que ese día nunca llegaría; habíamos esperado demasiado...

Bayo y yo éramos los hijos de Tila; los hijos de la Montaña Escondida, el nombre de la manada de mi padre.

Bayo; siempre ha deseado ser parte de una manada y tener la posibilidad de ser libre. Era su sueño. Nuestro sueño.

Deseaba ser aceptado, y así poder compartir ese mundo conmigo...

- ¿Crees que conoceremos el mundo?¿Que seremos aceptados en el? - preguntó con ansiedad.

- Seguro que si - me responde con alegría- todo será nosotros y nosotros seremos todo. !!!!Se acabaran nuestros problemas!!!! Llegaremos a ser algo a lo que no despreciaran.

Aquel es el último recuerdo de felicidad de Bayo, el único que llegó a conservar. Del resto quedo su pasado.

Aún recuerdo aquella tarde de Otoño... la tarde de Otoño... los disparos, los monstros...

Zoer aquel día se empeño en expulsarnos definitivamente de la manada; de su territorio.

- ¡¡Por favor!! Deja que mis hijos y yo no quedemos, no tenemos a donde ir, estas tierras son al único lugar al cuáles podemos ser fieles - súplica Tila implorando clemencia a parte de Zoer.

-Ya conoces las reglas Tila, no puedes permanecer, ni tu, ni tus hijos, ni un minuto más. - dice tajante Jena.

- ¡¡No lo entiendo!! Ya hemos hecho todo para no traeros desgracias y ¡¡no han sucedido!! nos hemos movido todo lo que habéis querido y hemos ocupado las terrenos ásperos del territorio; y apenas podemos comer... ¡¡¿Que más queréis?!!

- ¡Son las Reglas debes de irte!- brama Zoer.

Empieza a gruñir y sacarle los dientes a mi madre. La manada estaba de parte de él. Nos abandonaban.

Al ver que no atacaba a razones, Tila; nos intenta colocar detrás de ella y amenaza a Zoer.

Jena mira; con su pelaje color crema marrón. Los hijos de Jena miran. Nives y Zoren me mira con angustia y tristeza. Sus hermanos me miran con desprecio.

Zoer muestra sus afilados dientes a mi madre; ya se disponía a atacar y suena un terrible Bang!! Y todo se congelo.

La manada retrocede y eso incluyendo a Zoer.

Miro a mi madre y la veo caer al suelo. Abro bien los ojos y observo como hilo de sangre brotada de su lomo. Me acerco y la observo atónica. La toco un poco con el hocico.

-Mamá... - susurro yo.- Mamá... !!!!Mamá!!!!

No respiraba. No se movía. Y se le notaba mirar al vacío. Empezaba expandirse una onda de sangre terriblemente extensa que se iba prolongando. Su respiración era entrecortada y parecía derijirme una sonrisa.

Estaba hirviendo, no lo soportaba.

Bayo mira sin saber que hacer y agacha la cabeza.

- !!!!!Perro!!!!!! -grita un cuervo- !!!!Humano!!!

¿Perro? ¿Humano? ¿ Que sería eso?

Miro al pájaro y luego a mi hermano con ojos llorosos, ambos entablamos perplejos, sin solución alguna. Un momento a otro un animal igual de peludo que nosotros de cuatro patas bastante grande. Avanza sin temor alguno corriendo con ímpetu.

De un enorme salto se desliza por la nieve, cogiendo a mi hermano del cuello bruscamente y sin tiempo a que pudiera hacer algo, le quita la vida.

- ¡¡Bayo!!

Lo miro. En el frío suelo acostado sin energía. No era posible. Sus ojos dejaron de brillar. Lo último que conservaba y podría haber salvado, ahora ya hacia sobre un frío suelo.

Se me forma un enorme nudo en la garganta.

Me mira aquella criatura. Mi vida se había detenido, no conseguía sacar las fuerzas necesarias para luchar. Ver a mi familia por los suelos hacia que me estremeciera.

Observo como el animal coje carrerilla y se lanza hacia mi como lo hizo con mi hermano... me hubiera dejado coger a no ser por que Zoren se coloca delante de mi para protegerme. Fue lo único que me hizo reaccionar para apartarlo y yo recibir el daño, y en ese momento, Zoer, Blue, y Lada intervienen atacándole, también acabando con él...

La manada se empieza a movilizar penumbra del bosque. Estaba oscureciendo, era mejor irse lo más rápido que fuera para no ser atacados de nuevo. Veía como se marchaban mientras que yo me quedaba con Nives y Zoren a mi lado contemplado la escena.

- !!!Nives, Zoren!!!!- llama Jena.

Los llamaban. Nives fue para brindar una explicación, mientras que Zoren se quedaba a mi lado, haciéndome compañía.

Lamo el hocico de Bayo. Me siento cerca de mi madre para darle la poca compañía que mi soledad transmitía. Deseaba que volvieran conmigo. Estaba destrozada por dentro y ni siquiera estar a su lado me consolaba.

Zoren me da un lametón para indicarme de que teníamos que volver. Yo no quería volver. No. Con ellos no podía volver. Zoren me empujo de cordialidad y se va.

Eché la cabeza hacía atrás, desesperada y me senté fría soledad. Fue un gemido más que un aullido, puro y solitario, que resonó contra los árboles que me rodeaban, pero expresaba a la perfección como me sentía.

Lamentaba que mi vida uniera tenido tan alto coste...

Me resisto, pero al final sedo. Mientras caminaba siguiendo las pisadas de Zoren, observaba como se quedaban grabadas huellas de sangre de mis patas sobre la nieve.

Cuando llego a nuestro hogar Zoer me esperaba con Jena y Ker a su lado. Me siento. Jena me mira y habla.

- Lia...-dice- hemos estado hablando sobre tu condición y hemos pensado cederte un campo en la manada.

- Como buena loba deberás de intentar no causar problemas y llegar a ser responsable- dice Ker- una vez crezcas un poco pasaras por las pruebas para demostrar ser una loba de verdad, es posible que puedas formar parte de la manda.

Zoer no hablaba sino que se dedicaba a dirigirme miradas asesinas.

- ¿Aceptas llegar a ser una buena loba?¿Quieres llegar a ser una loba del Gran Valle?- dice Jena con mirada expectante.

Al contestar me acorde de Bayo y de su sueño. Decidí que yo cumpliría sus sueños, aquello que siempre deseamos.

-Acepto.

Era lo único desente que pense.

Winter Bellow (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora