— ¡Para, Taylor! — le grito, mientras corremos por la calle tomados de la mano. Taylor se detiene abruptamente y gira sobre sus talones para verme.
— ¿Que pasa? — pregunta cómo si no supiera que lo que estamos haciendo esta mal.
— Taylor... — digo con poco aire a causa de la agitación por haber corrido tanto — ¡Nos acabamos de escapar!
Taylor ríe.
— Si, ¿que pasa con eso? — sonríe.
— Pues... — pienso bien lo que voy a decir — nada. Pero, yo nunca lo habia hecho.
— Siempre hay una primera vez — dice sonriente.
— ¿Que pasa si nos pillan?
— No lo harán — vuelve a reír — lo miro insegura y con miedo en la mirada — ¿Confias en mi?
La pregunta me toma de sorpresa y la verdad es que no se la respuesta. Lo conozco hace dos dias y no confío en una persona que conosco hace tan poco. Lo quedo observandolo, pensando que responder.
— ¿Sam? — me pregunta ante mi silencio.
— Mmm... — no estaba segura de lo que iba a hacer, pero aun asi lo hice — si, confío — digo finalmente. Taylor sonríe.
— ¡Entonces ven! — dice y hala de mi mano. Seguimos corriendo por la calle como dos prófugos de la carcel, hasta llegar a un parque.
Una vez allí, nos sentamos bajo un arbol y nos quedamos un rato ahi.
— Eso fue divertido — dice Taylor entre risas.
— ¿Tu crees? — pregunto un poco nerviosa
— Si, lo fue — dice y me mira — vamos Sam, todo estará bien. Ya lo he hecho, y nunca me han pillado.
— Vale, si tu lo dices — respondo.
Taylor me queda observando con una sonrisa y yo no puedo evitar sonrojarme.
— Eres linda — comenta de pronto con sus ojos clavados en mi.
Suelto una risita nerviosa y bajo la mirada al suelo, cuando un mechón de mi cabello se desliza por mi rostro y lo coloco detrás de mi oreja. Lo miro tímidamente a los ojos, sin saber que responder.
— No tienes que decir nada — vuelve a comentar — eres linda, te lo quería decir. Siempre digo lo que pienso.
— ¿Y que piensas ahora? — indago sonriendo dulcemente mientras una briza roza mi piel y hace bailar mi cabello.
— Ahora pienso que tu me gustas.
Ambos sonreimos.
Quiero que decirle que él también me gusta, y que también es lindo, pero hay algo que me lo impide.
Miedo.
Le tengo miedo a lo que pueda causar en mi y a las palabras de Bety, pero fundamentalmente a él.
Taylor nota que no se que decirle y cambia de tema:
— Sabia que aprobarías.
— Gracias por ayudarme, en serio, sin ti no lo hubiera podido lograr.
— Pues, de nada — me sonríe.
— Creo que alguien me debe chocolates... — digo sonriente y le doy un golpecito en el brazo en señal de juego.
— ¿Asi? ¿Quien? — bromea.
— Taylor... — él ríe a carcajadas colocando su mano en el estómago — ¡aprobe! meresco un premio...
ESTÁS LEYENDO
El chico de mi clase
De TodoSam Stacy comienza en una escuela nueva en su ultimo año de preparatoria, con todo lo que eso implica, compañeros, amigos, profesores, personas nuevas en su vida. Chicos... Taylor Danfort llega a su vida para darle un giro de 180 grados pero ¿es rea...