Lo sabía

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NARRA DAN

Estoy tan tranquilo tomándome un café con leche mientras miro los cálculos de la formula de los súper soldado para ver que a fallado y poder crear otro esta vez sin errores.

Voy a tomar un sorbo del café cuando escucho a Ryan gritar como un loco:

-¡¿PERO QUE DEMONIOS PASA POR ALLÍ?!- Le escucho correr.

Este chico siempre igual, desde que lo conocí ha sido así.

                                                                  **********(Flash back)********

Caminaba por las calles mientras observaba los edificios cuando veo uno blanco, bastante grande que resaltaba sobre los demás. A su lado había un callejón con unos chicos pintando grafitis cuando escuché  una voz que gritaba:

-¡¿Pero qué?!-

Me acerqué al grupo de chicos que me empezaron a mirar raro.

-¿Por qué venís aquí y no vais a dónde no molestéis?- Pregunté  en defensa de el hombre al que se escuchaba correr desesperado hacia aquí.

-Porque aquí molestamos.- Dijo uno de ellos y los otros me miraban con cara de "obvio".

De repente se abrió  la puerta trasera del edificio y salió un hombre rubio de ojos violeta.

-Pero bueno, señor, controle a sus hijos que eso me toca limpiarlo a mí.- Dijo intentando ser educado pero su tono enfadado no le ayudaba.

-Ellos no son mis hijos, de hecho...- Respondí.

-No me importa.- Dijo, suspiró, se quitó las gafas y se masajeó el puente de la nariz.- Chicos, iros y no volváis, usted se queda conmigo.-

Me llevó a una sala bastante grade y se sentó en una de las sillas y me hizo un gesto para que me sentara en frente suya.

-¿Ves esto?.- Preguntó y asentí.- Bien, pues todo esto forma parte de este laboratorio, y yo, como encargado, soy el que tiene que limpiar si algo pasa, como los grafitis de tus hijos.-

-¡Que no son mis hijos!- Dije y me relajé.- Mira, pasaba por allí y te escuché gritar, iba a decirles que se fueran.-

-Bueno, en vista de que se han ido iré a limpiarlo.-

-No, voy yo, aproveche el tiempo.-

                                                                                                 **********

Algo me saca de mis pensamientos, es él gritando otra vez.

-¡DAN, VEN, TE DIJE QUE ALGO PASARÍA!-

-¡YA VOY RYAN!-

Me levanto corriendo y voy a buscar a el chico de ojos violeta que grita agitado.

Me encuentro con él, que me mira enfadado y echa a correr hasta la celda de "nuestro bebé", quien tiene retenido a un cani contra los barrotes de su ventana. El chico al que tiene retenido está sangrando.

-¿Y si te aprieto un poco más?- Dice apretándole con la uña en la herida.

-No vas a apretarle más, sueltale y aléjate de la ventana lentamente.- Dice Ryan.

Se gira mientras continúa con el chico entre las manos y Ryan y yo pudimos comprobar que efectivamente ya no era lo que habíamos estado guardando, ahora era lo que tanto habíamos temido.

-Ya... ¿y si no quiero?- Pregunta amenazante.

-Si no quieres te obligaremos.- Responde Ryan ante su muestra de "poderío".

El monstruo no tiene cara de que le hayamos convencido así que miro al rubio que hay a mi lado que asiente como si me leyera la mente.

Saco la pistola lenta y temblorosamente mientras Ryan mira al frente decidido. Apunto al pecho del enemigo al que no parece afectarle mucho y miro  a Ryan el que me dice con la mirada que dispare aunque sabe que eso no servirá de nada.

-¡Ahora!- Grita y aprieto de golpe el gatillo haciendo que el arma suene.

Ryan mira al chico que estaba retenido caer al suelo manchado de sangre mientras que yo miro al causante de tanto escándalo sangrar con una mano en la herida y otra en suelo.

-Dolerá pero no te matará.- Dice el rubio y se va.

A veces se me olvida que el impone más que yo.

-Supongo... que no se... lo dirás a nadie.- Dice con un hilo de voz, suelto una pequeña risa y me voy.

Me encuentro a Ryan en su despacho mirando una foto de espaldas a la puerta. Se quita las gafas y se restiega los ojos. Me acerco, le pongo una mano en el hombro y se gira asustado.

-Hola, ¿estás bien?- Pregunto preocupado y miro sus ojos violetas contrastados por el blanco de sus ojos que ahora está rojo.

-Si, no te preocupes.- Dice.- *Snif* Estoy bien.-

-Si, si me preocupo, ¿vale? ¿Te acuerdas de cuando empecé a trabajar aquí?- Una pequeña sonrisa se comienza a dibujar en su rostro.

-Si, has cambiado mucho, ahora eres más idiota.-

-No te quito la razón pero no me refiero a eso. Me refiero a que empecé por que me preocupé por tí, porque no te echaran.-

-Cierto, te ofreciste a limpiar el grafiti y luego empezaste a trabajar de conserje mientras te sacabas la carrera de científico y ahora estás aquí. *Snif*-

-Bien, ahora que sabes que me voy a preocupar por tí dime, ¿qué te pasa?- Su pequeña sonrisa se borra y se le empiezan a humedecer los ojos.

NARRA RYAN

Después de todo el alboroto me voy a mi despacho a ordenarlo un poco y rebuscando en las cajas me encuentro una foto, soy yo con una chica de pelo color avellana y ojos azules oscuros. Ambos estamos felices y cogidos de la mano.

La miro detenidamente y noto que se me cristalizan los ojos y veo las gotas caer sobre el cristal de la foto y resbalar por este.

Me quito las gafas y me restiego  los ojos en busca de eliminar ese recuerdo pero a la vez siento la necesidad de seguir mirándola una y otra vez.

De repente alguien me toca el hombro y me giro asustado, por suerte sólo veo a mi pelinegro favorito.

-Hola, ¿estás bien?- Pregunta preocupado.

-Si, no te preocupes.- Respondo para salir del paso.- *Snif* Estoy bien.-

-Si, si me preocupo, ¿vale? ¿Te acuerdas de cuando empecé a trabajar aquí?- Noto cómo una pequeña sonrisa se comienza a dibujar en mi rostro.

-Si, has cambiado mucho, ahora eres más idiota.- Respondo para sacarle una sonrisa a él también.

-No te quito la razón pero no me refiero a eso. Me refiero a que empecé por que me preocupé por tí, porque no te echaran.-

-Cierto, te ofreciste a limpiar el grafiti y luego empezaste a trabajar de conserje mientras te sacabas la carrera de científico y ahora estás aquí. *Snif*- Todos esos recuerdos me hacen sentir tan bien.

-Bien, ahora que sabes que me voy a preocupar por tí dime, ¿qué te pasa?- De repente mi sonrisa se borra y se me nubla la vista.- Ven, dímelo.- Continua abriendo los brazos para que le abrace y así lo hago.

-Dan nunca debí dejarla que viniera, nunca debí soltarle la mano.- Digo llorando cada vez más fuerte.

-Oye, no fue culpa tuya, ella también formaba parte del proyecto.-

-No Dan, fue culpa mía.-

Me coge de los hombros y me aparta del abrazo para que lo mire.

- Vale, quiero que me mires a los ojos, nada de aquello fue culpa tuya, y si ahora a esa COSA la tenemos encerrada es para que algo así no vuelva a pasar.- Asiento y me seco las lágrimas.

-No saldrá de aquí, ¿verdad?-

-Verdad, por eso no te preocupes.-

MonsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora