Capítulo 4, 1/3

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Al terminar las clases con Guada nos fuimos a su casa para prepararnos. Ya como era normal que venga a su casa después del instituto, tenía ropa mía en su guardarropa.

Le habíamos avisado a Caro que hoy nos íbamos de fiesta, y ella entusiasmada prometió estar lista. Ella era muy delicada con su aspecto, le gustaba verse bien. Y también le gustaba las fiesta.

-¿Qué te vas a poner? -me pregunta mi amiga.

La verdad no sabía que ponerme, como había llovido, el aire estaba fresco pero después, cuando ya estemos adentro del bar, iba a hacer calor. Y yo no quería andar cargando con cosas. Igual el viento no me molestaba, al fin de cuenta era una parte de mí, pero era seguro estar abrigada.

Sin saber que contestarle, encojo mis hombros.

-¿Qué tal esto? -pregunta, mostrándome un vestido.
-No, gracias. ¿Tu que te vas a llevar? -pregunto, sentándome en su enorme cama.
-El vestido que me compre la semana pasada.
-¿Ese? -pregunto. Ella asiente. -¿Quieres que a Lorenzo le de un ataque al corazón? -Me podía imaginar lo que haría Lorenzo al ver a Guada con ese vestido, iba a ser algo genial.
-Si y no. Eso le pasa por a ver hablado con esa perra. -gruñe mi querida amiga.

Lo que había pasado es que Lorenzo había recibido atención de una chica, amiga de Macarena, y a eso a Guada no le gusto para nada y le produjo celos. Era algo obvio siendo ellos dos mates.

Lorenzo era muy celoso y no le gustaba que muestre mucha piel, per a mi amiga, lo que el decía, le entraba por un oído y le salía por el otro.

-No hizo nada indebido. -río.
-No, pero la miro. -contesta como si eso justifica todo.

Guadalupe Rocío Miller era muy celosa.

Decidimos dejar de lado ese tema, y hablamos sobre la fiesta. Seguramente Roco se iba a lucir, siempre lo hacía, pero hoy comenzaba un nuevo ciclo lectivo y el decía que la mejor manera de levantar los ánimos de un adolescente era una fiesta. Estaba ansiosa, quería saber la temática de esta fiesta.

-Busca algo para ponerte. -manda mi amiga.

Perezosamente me levanto.

Después de revolver el guardarropa en busca de algo que ponerme, al fin decidí que iba a usar.
Lo que había decidido era una remera de mangas cortas con un estampado de un lobo, un short negro, y unos zapatos negros, altos, con tachuelas. Como no me gustaba usar mucho maquillaje, use solo delineador negro, mascara de pestaña, y brillo labial. En cambio mi amiga si se esmeró para darle un paro cardiaco a su hombre. Tenía un hermoso vestido negro por encima de la rodilla, zapatos altos y el pelo semi-recogido. En fin, estaba echa una diosa.

-Wuau. Si que te esmeraste. -digo divertida, mientras termino de hacerme unos bucles.
-Ese chico va a saber qué es lo que se pierde. -dice revisándose en el espejo.

Esto iba ser divertido.
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Estábamos en la puerta del colegio, esperando que los malnacidos vengan. Cómo aviamos previsto con mi amiga, llegaban tarde. Y no eran dos o tres minutos, era media hora tarde.
¡Media hora!
Después decían que las mujeres tardaban más que los hombres.
No me molestaba que llegaran tarde, bueno algo si, pero lo que me fastidiaba era que si los roles estuvieran invertidos, nosotras recibiríamos una gran regañada. Pero claro, porque ellos eran hombres, podían hacer lo que se les antojaran. Machistas.

Suspirando, me siento en las escaleras del instituto. Por suerte las luces de afuera estaban encendidas porque sino con Guada estuviéramos a oscuras.

-Tengo frío. -se queja mi amiga, abrazándose a sí misma.
-Eso te pasa por querer darle celos a Lorenzo. -río. -Además, ¿Tu no eres lobo?
-Cállate. -me regaña pero eso solo aumento mi risa. -¿Puedes usar tu magia? -pregunta.
-No. -niego. -Tu sabes que solo lo utilizo para cosas importantes.
-¿Y tu amiga no es importante? -pregunta indignada.
-Eso se arregla con un saco. Cuando venga tu queridísimo mate, el mismo se va a encargar en que el frío desaparezca. -digo divertida.
-Si fuera por el, me taparía de pie a cabeza. -dice bufando pero era obvio que no estaba molesta.
A pesar de que la mayoría del tiempo discutan, ellos se amaban y eso era notorio al ver como se miraban.

Estábamos hablando para olvidar que los chicos se estaban rechazando, cuando siento un movimiento.
-Ahí vienen. -decimos al mismo tiempo mi amiga y yo.
Ella los había olido y oído, yo lo percibí por el cambio del aire.
-Al fin. -digo mientras Thiago baja del auto. -¿Por qué demonios demoraron tanto? -pregunté.
-Si, están cuarenta y cinco minutos retrasados. -dice Guada.
-¿Lo contaron? -pregunta Thiago, sorprendido.
-Si.
-Bueno chicas, hay que verse bien para las chicas. -dice levantando una ceja.
-Idiota. -bufo.
-Ey, que linda remera. -dice Timothy cuando llegó a nuestro lado.
-Gracias. -agradezco.
-¡¿Qué mierda tienes puesto Guadalupe Rocío Miller?! -grita Lorenzo.
Siento a mi amiga tensarse, sabíamos que se iba a poner celoso pero no creía que era para tanto.
Sus manos estaban en puños, y estaba esperando una explicación.
-Un vestido. -dice lentamente Guada.
-¡Ya se que es un vestido! La pregunta es ¿Por qué lo tienes puesto? -gruñe.
-¿Qué? ¿Prefieres que no lleve nada? -pregunta haciéndose la inocente.

Esta chica iba enserio cuando dijo que quería darle una lesión pero no contó que Lorenzo se iba a convertir en este mismo instante.
-Lorenzo, basta. -Demanda Thiago. -Y tú Guadalupe ponte una campera.
A regañadientes, la rubia se pone la campera que le alcanzo Mathias.
-Ni que fuera tan corto. -murmura.
-Lo es. -dice Lorenzo.
-No, no lo es. Ahora nos podemos ir. Llegamos tarde para buscar a Carolina. -digo acercándome al audi negro.
Guada se fue en el auto de Lorenzo con Timothy, Mathias y Daniel, y yo iba en el auto de Thiago con Daniel, a buscar a Carolina mientras los demás hacían cola porque obviamente esta iba a ser una gran fiesta.

Cuando llegamos a la casa de Carolina, me sorprendí que no se haya puesto un vestido, pero que mas da.

-Vamos que llegamos tarde.-dice Daniel.

¡Al fin!

Una decisión importante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora