Acogida por un Asiático

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Azul Llevaba ya dos años caminando entre tanta desidia, esa mañana en particular caminaba por la orilla de la carretera llevando sus cuatro bolsos, su carcaj colgando de la espalda y su arco en la mano, a su lado su fiel amiga Lila, su Golden Retriver, llevaba una mochila canina, además de cosas materiales, Azul también llevaba a cargo sus penas y problemas. La lluvia caía copiosamente y estaba calada de pies a cabeza, su capa roja (parecida a la de caperucita) la había abrigado de las primeras gotas, pero conforme caía el torrencial, su capa se fue mojando y ahora en vez de susurrar el pavimento, arrastraba por él debido al peso

En eso oyó el ruido de una furgoneta, contenta aunque cautelosa, la chica se dio la vuelta y aguzó la vista para ver bien, poco a poco se fue viendo a través de la lluvia el auto, la furgoneta se detuvo y se bajó un muchacho con una pistola, Azul estaba preparada para cualquier cosa, sacó una flecha de su carcaj y la puso en el cordel de su arco, más sin embargo dejó que este se acercara, luego pudo ver bien su rostro y se dio cuenta de que tenía facciones asiáticas

- hola soy Glenn - gritó el chico para hacerse oír por encima del torrencial - te vi caminar sola con tu can y me dio pena, así que si quieres puedo llevarte a mi refugio; bueno si quieres, también hay mujeres y niños - dijo el muchacho, tal parecía que creía que Azul se sentiría confiada de ir con él si decía lo de las mujeres y los niños, sin embargo mirando su situación, decidió irse, al menos el chico iba solo en el auto, si ella quería bajarse luego podría zafarse de él rápidamente

- está bien, soy Azul Vant Cobert - gritó la muchacha - y ella es Lila

- un placer, pero creo que es mejor subir e irnos, la lluvia está muy fría y podríamos enfermar

Ambos se acercaron al auto, ella montó sus mochilas con ella adelante en el suelo, se subió y luego de que Lila subiera cerró la puerta, el chico cerró la puerta y puso la pistola sobre el tablero junto con su gorra, encendió el auto y se pusieron en marcha

- tenemos una prisión - dijo el chico mientras conducía, la lluvia repiqueteaba contra las ventanas y el parabrisas - somos un grupo grande, éramos pequeño, yo me encontré con el grupo en Atlanta, luego todos nos dirigimos a unas colinas y armamos un campamento, luego nos invadieron los caminantes y tuvimos que ir a la carretera, de ahí fuimos a la granja de los Grenne, una de las hijas del señor Grenne es mi novia - dijo el chico poniendo mucha atención a la carretera, pues casi no se veía nada, Azul sonrió - y luego nos volvieron a invadir y estuvimos de casa en casa hasta que dimos con la prisión, poco a poco la limpiamos y luego tuvimos un altercado con un tipo de otro refugio, (se hacía llamar gobernador) nos atacó y eso pero vencimos y nos trajimos a la gente que dejaron abandonada en lo que les quedaba de refugio, y ahora estamos ahí, felices

- que bien que tengan un sitio seguro - dijo la chica - yo soy una ex cantante internacional, soy británica pero estaba aquí porque daría mi gira y comenzaría aquí en Georgia

- me di cuenta por tu acento - dijo Glenn - de seguro era fantástico cantar para tantas personas, siempre me imaginé ser famoso

- lo era, era mi pasión... pero ya no puedo hacerlo, o al menos no lo he hecho por dos años, he sobrevivido sola hasta ahora

- debió ser difícil y más con tantos caminantes emigrando de todos lados

- no es fácil, nada fácil - dijo la chica pensativa - al menos tenía a Lila, ella está entrenada y me ayuda en muchos aspectos

Azul era una muchacha preciosa, británica con ascendencia española, una chica muy blanca, de ojos azules brillantes, un cuerpo curvilíneo de diez, un cabello castaño y ondulado hasta la altura del pecho, porque de ahí hasta las caderas era de color azul eléctrico, tenía labios rojos y algunas pecas en la nariz respingada y el las mejillas

Entre Canciones y Flechas (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora