Y Después de Todo... Te das Cuenta de que un Dixon es Tremendo

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Luego de dos semanas, Azul dormía plácidamente cuando alguien la despertó algo brusco y se sorprendió de ver a Daryl agachado al lado de su cama

- ¿quieres hacer la guardia conmigo? Me tocaba con Haily pero... no quiero hacerla con ella, por lo que le dije que tenía a otro compañero

Azul asintió desperezándose

- te espero en la garita - dijo el arquero y se fue rumbo a los jardines de la prisión

Salió y empezó a caminar hacia la garita uno con los rugidos lejanos de los caminantes como compañía, pudo ver un poco más lejos, a Beth y a Carl en la garita dos, al cabo de unos minutos más, llegó a su destino, sacó las llaves y abrió la puerta de la torre, la dejó entre junta para que Azul pudiera subir y subió hasta su destino, salió al balcón de la torre y abrió con otra de las llaves que cargaba la oficina de vigilancia, encendió las luces y puso su mochila en un rincón junto con su carcaj y su ballesta, luego abrió la puerta de la oficina y salió al balcón, se recostó de las barandas y se quedó observando a los caminantes deambular fuera de los terrenos de la prisión

Escuchó los escalones de metal, pero no se movió, por el rabillo del ojo vio a Azul y se volvió para verla mejor, pues valía la pena

Llevaba unos shorts ajustados de color negro, una camiseta gris claro con cuello en V, una chaqueta de cuero negra con tachas y unas botas que llegaban casi a las rodillas de cuero igual y también con tachas y correas, se veía como una diosa, Daryl la observó de pies a cabeza admirándola por largo rato mientras ella estaba entretenida en la vista, la encontraba muuuuuuy buena, pero eso no iba a decírselo

- es una vista increíble - dijo la chica más para sí misma, mientras en su espalda llevaba su carcaj y su mochila y sostenía en la mano una linterna y en la otra su arco

- sobre todo la que ofrecen los caminantes - dijo Daryl en tono irónico - esa sí que es una hermosa vista

- no hablaba contigo - dijo ella molesta por el comentario entrando a la oficina y dejando sus cosas junto a las de Daryl, a veces solía tomarse los comentarios muy enserio

- ¡ah! Ahora eres esquizofrénica y hablas sola - dijo el arquero - ¿y quién te invitó a entrar tijeras?

- ya deja de decirme así - dijo ella molesta intentando salir, pero Daryl que estaba en el umbral de la puerta le puso una mano para evitarle salir - el peaje es un beso en los labios - le dijo mordiendo los suyos, la chica recordó el sueño que había tenido hacía varias noches atrás y aunque le provocaba pagar el peaje, rodó los ojos y lo apartó de un empujón

- te detesto - le dijo antes de ponerse en la otra esquina del balcón, Daryl sonrió sarcástico y tomó su ballesta, la apoyó contra el barandal y siguió observando a los caminantes

Azul lo observaba a él, era tan estúpido y molesto, tan infantil, tan engreído, tan guapo... ¿Qué acababa de decir? ¿Guapo? Bueno, bueno, su cabello castaño era muy suave y sedoso a la vista, su cuerpo era de diez, pues estaba torneado por todos lados, sus ojos rasgados y turquesa parecían de lobo y le daban más aspecto fiero, su ballesta y hasta su brutalidad lo hacían ver extremadamente sexy....

- ¿Qué mierda piensas Azul Vant Cobert? - Se susurró ella misma - mejor mira a los caminantes

Un poco más entrada la noche, estaba haciendo más frio, Daryl había entrado por su chaqueta y parecía estar cálido, pero Azul (que extrañamente no tenía frio en las piernas) sufría de convulsiones producto del frío porque su chaqueta no abrigaba tanto como parecía

Entre Canciones y Flechas (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora