Carta 64.

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Querido Martin:

Solía observarte pero ya no lo hago.

Desde que después de ese abrazo cada vez que te veía nuestras miradas se cruzaban.

Ya no puedo permitírmelo.

No puedo amarte, aunque quisiera.

Tengo que preparar mi muerte.

No puedo permitirme derretirme ante tu penetrante mirada.

O tu dulce sonrisa sincera.

No puedo permitirme perderme mirando las ondas de tu cabello negro escondiendo tus brillantes ojos.

No puedo permitirme verte reír y querer ser el motivo.

No puedo permitirme desearte tanto.

No puedo permitirme verte jamas.

No me puedo permitir estar enamorada de ti...

Adiós Martin.

Cartas al desconocido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora