Carta 67.

3 0 0
                                    

Querido Martin:

Constantemente pienso el porqué de mi sufrimiento eterno.

Llegué a una conclusión,

No suena muy real,
aunque tampoco artificial.

Es poco creíble pero,

una excusa factible, espero.

Algo hice mal, estoy siendo castigada,

no sé cómo pero, de algún modo,

lo sé.

Me echaron, me castigaron.

Soy un ángel cumpliendo su castigo.

Pero,

ya aprendí, no me portaré mal.

Solo quiero regresar a mi verdadero hogar.

Aunque no recuerde nada de esta vida de la que afirmo existencia.

Seguro mi antiguo hogar es mejor que esta vida sufrida y repleta de dolor.

Soy un ángel Martin, mi castigo ha sido tener que soportar la vida de un humano.

Pero ya aprendí,

Dios mío, si que aprendí.

Solo debo regresar,

continuar con mi antigua vida normal.

Cartas al desconocido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora