Capítulo 3: Lluvia

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Me desperté un poco extraña de lo normal, me senté lentamente en la cama, y contemplé la habitación, no había sido un sueño.

Automáticamente el frío de la mañana recorrió todo mi cuerpo logrando que sienta escalofríos, me dirigí al armario para optar por algo más casual y abrigado.

Al terminar bajé las escaleras y me dirigí a la cocina, para mi sorpresa sólo estaba Dan.

-Hey, buenos días- dijo al verme

-Donde están todos?- pregunté mirando la habitación confundida.

-Esperaba que me lo dijeras- rió- Tienes hambre?

-Oh si, dios- reí

-Ve a buscar un abrigo, salimos en 10 minutos-

Subí y tomé una campera negra que parecía abrigada, aproveché para ir al baño y arreglarme mejor, y en mucho menos del tiempo acordado ya estaba lista.

Bajé y él estaba en la entrada esperándome.

-Vamos?- preguntó.

-Claro- sonreí.

Caminamos hacia una cafetería, según Dan era la mejor que había en la zona y siempre vienen por el servicio que hay.

-Dan!- lo saludó una mujer muy sonriente, aparentemente era la dueña del local- Quién es tu amiga?- preguntó refiriéndose a mi.

-Alison- respondí.

Un placer cariño- dijo en un tono amable. - Tengo una mesa para ustedes.

Nos sentamos y observé el lugar con cierta admiración. Estaba decorado calidamente, transmitiendo una sensación de tranquilidad.

-Veo que observas siempre todo- 

-Me gustan los detalles- confesé. 

Y en minutos otra mujer nos trajo el desayuno.

-Dan- lo saludó y el asintió dedicándole una sonrisa. Creo que era verdad que venían siempre.

-Wow- dije al verlo y dudé un momento-  ¿Cómo sabían lo que iba a pedir?-

-Costumbre- dijo sonriendo- No voy a dejar que te vayas sin antes probar eso.

-Acepto el desafío- le devolví la sonrisa.

-Y bien, dejame conocerte-

-¿Conocerme?- pregunté

-Oh, vamos, sabes muchas cosas de mi- dijo expresándose con sus manos.

-Nunca sé que decir en estas ocasiones- reí con nerviosismo-

-Sólo suéltalo- 

 -Ahm.. mi vida ha sido relativamente dura, ya sabes, un padre es el sostén de la familia, y cuando él se suicidó pues, todo cambió. Podría decir que ya no tengo familia, la asistente social nos separo porque mi madre no podía cuidarnos, me he mantenido sola desde los 18, y.. no creo que haya más que decir.

Él me miró atentamente.

-Cómo puedes ocultar todo eso?-

-Lo he hecho por años- sonreí, pero al instante algunas lágrimas salieron. -Lo siento, jamás he hablado con nadie de esto.

Lleve mis manos a la cara para que no me vea, nunca me había gustado que me vean llorar, me hacía débil. Pero sentí con todos los sentidos que estaba cerca mío, y quitando suavemente mis manos me dijo: 

-Llorar nos hace humanos, no tengas miedo de hacerlo- acarició mis mejillas secándolas.

Lo miré como si estuviera entregándole lo más profundo de mi, estúpido, lo sé, pero no había sentido confianza por nadie en el mundo. Todo lo que quería terminaba lejos.

-Ya no estás sola Alison- dejó dinero en la mesa y se levantó- Vámonos.

 Él se despidió de su amiga y yo me dirigí a la puerta esperándolo, pero me di cuenta que las calles estaban húmedas.

-¿Qué pasa?- me preguntó

-Está lloviendo.

-Ahá..- asintió esperando una respuesta más precisa.

Bufé y abrí la puerta tapándome.

Él respiró profundamente cerrando los ojos y me dio un pequeño golpe para que lo imite. Cerré los ojos dudando de lo que hacía y levanté mi cabeza al cielo,
Mientras las gotas de agua chocaban contra mi rostro me di cuenta que esas pequeñas cosas eran únicas, sensaciones frías o calientes tales como darse una ducha. Por un momento pensé qué cosas tan simples pero maravillas me hubiera perdido si él no aparecía.

-Alison- me llamó y abrí mis ojos - Vamos.

Comenzó a caminar y lo seguí, admirándolo, de a ratos volteaba a verme y sonreía, siempre en silencio. Finalmente llegamos a casa, abrió la puerta y entramos empapados, mojando todo el piso.

-Van a matarnos- rió

Yo sólo podía temblar del frío que tenía.

Es lo que somos (Dan reynolds)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora