Capitulo 19: Padres

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-No, definitivamente no estaba lista- entré en pánico.

 ¿Qué se supone que debería hacer? podría arruinarlo todo, los padres son personas realmente importantes, quizás son estrictamente religiosos, ENTONCES MI VESTIDO NO SERÍA ADECUADO. Yo debería..

Un sonido interrumpió mis pensamientos y solté un grito silencioso por el susto. 

-¿Alison?¿Todo está bien?- escuché a mi amigo del otro lado de la puerta. 

La abrí desesperada.

-¡PLATZ, NO!- lo tomé de su camiseta y lo jalé dentro de la habitación-

-¿¡Que sucede!?- preguntó con un tono de pánico. Por supuesto que no estaba asustado, sólo creía que era un buen momento para burlarse de mi comportamiento- Wow, ¿dónde vamos bella dama?- dijo al ver mi elección de ropa.

-¿Que quieres decir?- levanté una ceja- ¿Es demasiado?¿Por qué estas vestido así?

-Pues verás Alison, me vestí para una cena especial, pero no pensé que vendría a cenar LA REINA DE ESPAÑA- exageró

-¿Pero...- 

-Si, es demasiado, respondió a mi pregunta-

-Vaya, eres modista por lo visto- bufé

-Quizás en mi otra vida, aunque no en esta- rió- Sólo digo que no querrás bajar de la escalera con tu vestido de quinceañera a recibir a los padres de tu futuro esposo que estarán vestidos con sus prendas casuales especialmente cómodas para viajar en avión-  se burló

-Padres de tu futuro esposo, muy gracioso- reí ironicamente

-¡Auch!- se quejó después de que golpee su hombro-

-¿¡Entonces qué debería usar!?- me desesperé 

-No lo sé Alison, por lo visto no soy modista- dijo fingiendo ofensa por mi burla anterior

-Oh, ya supéralo- rodee los ojos y rió.

El timbre volvió a sonar, casi había olvidado que estaban afuera esperando mientras nosotros resolvíamos mi dilema.

-Cielos, voy a abrir la puerta- dijo

-¡No, Platz necesito tu ayuda!- intenté detenerlo pero fracasé.

-Alison olvidalo, cualquier cosa estará bien- dijo antes de cerrar la puerta de mi habitación, dejándome sola y aún más confundida.

Diablos, Daniel Platzman me las pagarás, pensaba mientras intentaba bajar el cierre del vestido. Si pudiera me llenaría de aceite para que deslizara más fácilmente. Reí al imaginarme esa escena, sería igual de practico que de asqueroso. Revolví el armario una vez más, esta vez sin mucha esperanza de que aparezca un outfit milagroso, pero aunque no me llevara a Narnia, de verdad era mágico porque apareció un jersey muy elegante y fino, que combine con unos jeans que ya había usado.

-Vaya.. con esto me siento un poco más segura y cómoda- dije mirándome al espejo como si alguien pudiera escucharme.

Abrí la puerta como si estuviera por transportarme al mismísimo Hades, espié el pasillo, no había nadie a la vista. 

Corrí al baño.

¿Por qué al baño? Alison, por dios. Esto me recordaba a la secundaria cuando solía ir a fiestas donde no conocía a nadie y siempre terminaba en el mismo lugar: oh, bendito baño, me has salvado una vez más, como en los viejos tiempos. 

Vaya que infantil que soy, me reprochaba. ¿Que podría suceder? vamos. 

Salí una vez más. Caminé hacia las escaleras. Platz me vió y soltó una carcajada. Le levante mi dedo medio. Lo odiaba.

Un paso a la vez, primer escalón. Bueno, nunca sé si el primer escalón está arriba o abajo supongo que ese es un gran dilema... Pff claro que no es, sólo pienso estas cosas para evitar enfrentarme a la realidad. Vi a Dan de espaldas hablando con sus padres y el calor me subió.

Tardaron segundos en notar mi presencia, tenía que HUIR. Intenté retroceder pero golpee mis zapatos en el escalón y perdí el equilibrio.

Rodee por la escalera. Pues, si.

-¡ALISON!- gritó Dan corriendo a mi lado. Sentí las miradas de todos.- Alison, por dios, ¿estas bien?-

-¡C-claro que sí! no pasó nada- reí disimulando mientras me levantaba- Todo está bien, todo está bien sólo... me resbalé..- volví a reir- Vaya.. escaleras ¿no?

-Cariño estás sangrando- dijo con preocupación una mujer avejentada mientras veía mi herida en la frente.

-Oh no, sólo.. es un raspón- dije casi disculpandome.

-Ronald, no sólo me veas, trae un paño mojado de la cocina, por favor-exclamó como una orden a su esposo, él obedeció, pero Platz ya había hecho su trabajo.

-Señora Reynolds, tome- dijo entregandole el paño- 

-Daniel ya te he dicho que me llames Christene- le contestó mientras limpiaba la sangre de mi frente.

-No le hagas caso, Daniel, ella no quiere aceptar que ya envejeció- soltó una carcajada y su esposa lo fulminó con la mirada. 

El señor Reynolds parecía una persona muy amable al igual que ella, ya veía de dónde había heredado Dan ese valor. No era tan alto, su pelo era castaño mezclado con algunas canas, tenía una barba que daba la impresión de que era un hombre muy culto. 
Christene era hermosa, sus ojos azules y su pelo rubio destacaban aún más su piel blanca con pecas y algunas arrugas. Todavía vestía un saco largo negro para cubrirse del frío, ni siquiera se había puesto cómoda que ya debía trabajar de enfermera conmigo.

-Ya, cariño, ha dejado de sangrar- me dijo con amabilidad acariciando mi rostro- Por cierto, ¡qué vulgar! lo siento, soy Christene.

Extendí mi mano nerviosa para saludarla.

-Oh no, sin formalidades- rió y me envolvió en un cálido abrazo- así somos los Reynolds.

Sonreí y agradecí por dentro ese gesto.

-¡Bienvenida a la familia, Alison!- dijo Ronald. 

-Gracias.. e-es un honor para mi- dije tímida.

Ellos sonrieron.

-Mamá, papá, son libres de acomodarse- interrumpió Dan. Ellos le guiñaron el ojo y procedieron a dejar sus maletas en la habitación que habíamos preparado anteriormente

-¿Estás bien?- se acercó Dan que seguía un poco asustado.

-Oh, si, lo siento- reí avergonzada- Lo arruiné, ¿verdad?

-Jamas, Alison- sonrió y sentí un cosquilleo.- Voy a ver si mis padres necesitan algo.

-Claro- dije un poco tonta mientras lo miraba subir la escalera.

-No fue tan malo, ¿eh?- se burló Platz

-Oh, ya callate- reí aliviada 

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⏰ Última actualización: Jan 09, 2019 ⏰

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