Capitulo 3

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Al llegar al salón abrí la puerta corrediza y entre. Había unas cuantas personas ya hablando y conociéndose, mientras que otros miraban con desinterés sus teléfonos.

"este será mi salón"

Mire hacia ambos lados analizando el salón por completo y buscando un asiento, por suerte había uno cerca a la venta, me dirigí aquel lugar con calma, mientras sentía algunas miradas sobre mí.

"Que incomodidad tan maligna".

Al llegar al asiento me senté rápidamente y asimismo algunas miradas cesaron y dejaron de sentirse. Mi mirada viajo entre aquel pequeño espacio lleno de personas hablando de algún tema de interés.

Me recosté un poco y fue entonces, cuando un silencio se apodero del salón, mire aquellas personas de hace rato que hablaban sin parar y sus miradas tan solo estaban fijas hacia la entrada, con leve curiosidad también mire hacia aquella dirección y fue entonces cuando lo vi.

El sin duda tenía un aire desalentador, me era inevitable no mirarlo como un espectro que camina entre los vivos sin aire de emociones y una mirada tan fría como la de un muerto. ¿Que tenía este chico? Pensé. No obstante no pude evitar sonreír, era gracioso verlo de cierta manera,  al acercarse me miro arrugando el entrecejo un poco. No le había agradado para nada y su mirada lo expresaba.

Las personas dejaron de mirarlo, pero aun asi algunas parecían sumamente interesadas en aquel chico pelinegro.

— ¿Qué? —dijo tomando asiento a mi lado.

Enarque una ceja—¿Qué de qué?

—¿se te perdió algo?—se notó la molestia en sus palabras. Un malhumorado.

—no y a ti. —reí.

— ¿Eres estúpido acaso?—

—No, ¿Por qué? —lo miro con mis ojos bien amplios, sin entender nada.

El soltó un pesado suspiro y puso su mano sobre su frente—por nada—dijo desviando la mirada hacia el frente. Me quede observándolo un poco, su mirada tan apagada era anormal por algún motivo y por alguna extraña razón sentía una sensación sobre mi espalda cada vez que lo miraba. Es como si me recordara a mí en aquella época de soledad y tristeza. pero mas que todo sentía que debía acercarme a él. Aunque su mirada ocultaba miles de enigmas justo ahora estaba pensativo, lo pude notar por su expresión.

"¿en que pensara?"

Si pudiera verlo directamente y no de perfil creo que me perdería en la profundidad de sus ojos y seria completamente sumergido aun abismo de oscuridad.

No obstante el rechinar de la puerta y el sonido de una voz me saco de mis pensamientos y a la vez note como esa expresión dura y fría se aflojaba un poco, mientras que una débil sonrisa hacia presencia en aquel instante. Fue cuando caí en cuenta, aquel chico era como yo. Silencioso y débil cuando se trata de sentimientos, pero actualmente frio para ocultar lo evidente.

Mire hacia aquella dirección a donde el miraba con suma atención y fue ahí en que distinguí a una chica, lo mire sorprendido. Si tuviera que decirlo en palabras eran completamente diferentes.

El, un hombre serio, frio, misterioso, atrevido, intenso, oscuro, mentiroso, astuto y dominante. Personalidad que arraigaba soledad e indiferencia a cualquier cosa. Con tan solo mirarlo una vez me bastaba para saber con qué tipo de persona lidiaría a partir de ahora.

En cambio ella es alegre, cautelosa, tímida, ingenua e inocente y rebelde. Era lo que veía, al observarla. No obstante, su principal característica era la rareza del color de su cabello. Rosa. Era la primera vez que veía un color de pelo como ese. de seguro llamaría mucho la atención. Mire al chico a mi lado y extrañamente parecía cautivado por aquella mujer que radiaba luz por todos los poros de su cuerpo.

No soy tu hermano!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora