A la semana siguiente volviste a aparecer en la puerta de mi casa, tu rostro se veía demacrado, igual o peor que el mío
"De verdad siento haberte dejado"
Dijiste apenas me paré frente a ti, en un principio me sorprendió ver te ahí, debiste notarlo porque me quedé completamente en blanco.
"Aún te amo pequeña"
No pude pensar nada cuando ya te estaba gritando con tanta impotencia y rabia, debes de recordarlo, porque nunca le grité a alguien tan enojada como aquella vez.
"Por que heces esto?, Eh?, por que vuelves y me mientes en la cara...¡te esperé, cada noche durante los primeros 2 años y no llegaste, ahora vuelves y con una hija!, ¡la preferiste a ella antes que a mi maldita sea!, ¿¡que esperas de mi, dime, quieres que lo olvide todo así como así, que te perdone y corra a tus brazos!?... Olvidalo, eso no va a pasar, por que por mucho que te amé o te extrañé en todos estos años, tú lo decidiste así, tu tomaste la decisión de largarte y dejarme aquí"
Tu sólo callaste, lo recuerdo como si hubiese sido ayer, porque luego te arrodillarse frente a mi y suplicaste mi perdón.
Fue estúpido, ¿sabes?, por que todo lo que había dicho segundos antes se había ido por el drenaje, mi furia descargada en ti no sirvió de nada cuando te abracé, y sin ser necesarias las palabras, ambos sabíamos que te había perdonado.
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