Las semanas comenzaron a pasar muy rápido, cuándo nos dimos cuenta ya habían pasado 5 meses, todo iba genial, me llamabas todos los días antes de dormir para desearme dulces sueños y decirme que me querías mucho, yo siempre sonreía, aunque tu no lo sabias, sólo deseaba que fuese el día para volver a verte.
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