Entre tantos examenes, radiografías y tantas cosas ahora me dirigía al departamento, yo con mi pierna enyesada, me veo ridícula, es incómoda y duele con el frío, además pica y mucho.
Quiero sacarme esa cosa blanca de mi pierna, ya me tiene aburrida, y solo llevo esto 3 días, ¿cómo será hasta el próximo mes?, que desagradable. Llegamos y subimos por el ascensor, o mejor dicho, Brad me llevo en brazos todo el rato, fue incómodo sentir sus brazos marcados y su pecho en mi cara escuchando los latidos apresurados que daba su corazón, una experiencia... perfecta.
- ¿Te sientes bien?, te acomodaré -dice y me eleva más en sus brazos.
- ¿No te peso? -pregunté preocupada, estoy gordita.
- ¿Pesarme?, Emilia no pesas nada bajaste 7 kilos en tres semanas, y pesas 43 kilos, debes subir -dice bufando, no respondo- ¿segura que estás bien?
- Si Brad, puedo ir caminando -le digo tratando de bajarme pero lo impide.
- No. Tienes la mitad de tu pierna derecha enyesada, no te dejaré caminar y menos con esas cosas mortales, te puedes caer -dice y salemos del ascensor.
Pues, para Brad las cosas mortales eran la muletas que me entrego el Doctor para poder movilizarme y no estar tan quieta, pero creo que Brad no escucho eso. Bah.
- Me tienes que bajar, tienes que abrir la puerta Brad -digo.
- No es necesario -sonrié.
Golpea la puerta y esta se abre de inmediato, Clara esta con un delantal puesto y con una cuchara grande, ¿estaba cocinando?, da saltitos y me abraza yo aún en brazos de Brad, me guían hasta el sofá y me dejan ahí, con mi pierna enyesada en la mesa.
- Me alegra que ya estés en casa, Emilia -dice Clara.
- Si yo igual, ¿porqué llevas un delantal, Clara? -pregunté divertida.
- ¡Oh cierto!, te estoy preparando tú comida favorita, y hablando de comida iré verla. Brad quédate con ella -dice Clara colocándose de pie y caminar hasta la cocina cantando una canción.
- ¿Quiéres algo? -pregunta Brad ansioso.
- Si, caminar -digo bufando.
- Lastima, no podrás ¿quiéres jugo? -dice y asiento aburrida.
El almuerzo, increíblemente estuvo delicioso, por boca de Clara fue su primera vez que cocino y se guío con una página de internet, me contó muchas cosas de su viaje en España y luego en Francia, me mostró fotos.
- La ciudad de Paris, se ve hermosa iluminada en la noche con las luces ¡y vieras la Torre Eiffel con nieve encima! -relata Clara muy emocionada.
- Hablas como si aún estuvieras allá -le digo sonriendo.
- Mi alma se quedó allá, amo ese país quizás dentro de unos años me mude a ese país -dice sonriendo.
- Debe ser hermoso, ¿puedo ver esa? -le pregunto a Brad señalando la fotografía.
- Ten -me la entrega y la observo.
Es Clara sonriendo a la cámara, es fomo una selfie y detrás esta la torre, su cabello rubio vuela y sus ojos brillan, Clara es hermosa ¿cómo es que no tiene pareja?, ¿o una familia?
- Esta... me gusta mucho más que las demás -dice Clara mostrándome una foto.
- Te vez linda, ¿porqué no fuiste modelo?, eres fotógenica -le digo viéndola posar para una foto en un árbol de color rosa.
- No me gusta, tendría que tener un dieta especial, y no soy buena en eso... me gusta comer -rié.
Brad me recostó luego que con la ayuda de Clara para colocarme el pijama, me tapó con la cobija y me beso la frente, un gesto muy dulce.
Cerré mis ojos, y dormí cayendo profundamente en una... pesadilla.
- Emilia no vengas, no entres al cuarto -dice papá despeinándome.
- Si papi, iré a jugar con mis muñecas ¿jugamos después que el hombre se vaya? -dije sonriéndole.
- Claro nena, pero no vengas a este cuarto por ningún motivo si quieres decirnos algo espera hasta que David se vaya, ¿esta bien? -asentí.
Caminé hasta las escaleras y papi entro a la habitación, unos hombres de vestidos de negro con lentes están parados en la escalera, muy serios. Se escuchan gritos desgarradores, miró la habitación e intentó ir pero un hombre me detiene.
- No sería bueno que fueras, no querrás ver lo de adentro.
Se escuchó un disparo en el techo, esquivé al hombre y corrí, entré y papá estaba tirado en el piso.
- ¡Mami!, ¡mami!, ¡mami! -grité asustada- ¿¡porqué papi no se mueve!?, ¡mami!
- Lo siento pequeña... te amamos -se escucha un disparo y mami cae al piso.
Corró hasta ella y lloró moviéndola para que despierte y me de una sonrisa, una risa maléfica y ronca resona en la habitación, me giró a ver quién es pero no puedo... recibo un golpe en la cabeza.
¡Joder otra vez!, me senté en la cama con dificultad, mi respiración estaba agitada y sentía una punzada en mi pecho... ¿qué fue ese sueño?, toqué mi frente, estaba sudando... tengo miedo.
Llevé mi mano a mi cabeza y cerré mis ojos, ¿porqué recuerdo esto justo ahora?, ya no quiero recordar mi pasado... malditas pesadillas, vayánse. ¡Vayánse maldita sea!
- Vayánse... por favor -susurro sintiéndo mis mejillas humedecerse- ¡Vayánse, ya vayánse!
Grité llorando, esto no podía seguir así, debía estar bien no mal, esto debió olvidarse ¿porqué lo recordaba?, la puerta se abre de golpe, un Brad vestido con solo un pantalón y una polera blanca se acerca a mi preocupado.
- ¿Emilia que pasa? -pregunta sentándose en la cama, agacho mi mirads sollozando.
- Dile que no regresen... por favor... que no vuelvan -sollocé, sus brazos me rodean- Brad por favor...
- Sshh, tranquila todo pasará... -dice acunándome en sus brazos.
- No, no se irán... siempre han estado aquí... jamás se van -digo llorando como una total desquiciada.
- ¿Quiénes no se irán, Emilia?, dime quiénes -dice tratando de separarse pero no se lo permito, me agarro de su torso y coloco mi cabeza en el.
- Las pesadillas, me han atormentado desde niña -digo relajando mi llanto.
- ¿Jamás te llevaron al psicológo? -pregunta y niego.
- Brad, tengo miedo -confieso y me siento débil.
- Las pesadillas no pueden hacerte nada, son solo pesadillas nada más, yo te cuidaré Emilia, prometo que nada te pasará. Nada -dice muy confiado.
- Gracias Brad, y perdón -digo separándome sintiendo un vacío en mi.
- ¿Porqué, perdón? -pregunta confundido, apunté su polera blanca que ahora estaba húmeda.
- Empapé tu polera, que vergüenza... -dije sintiendo mi cara caliente.
- No te preocupes, recuéstate... y trata de dormir un poco -dice y asiento recostándome otra vez- que descanses.
- Igual tú... Brad -dije sonriendo nerviosa.
- Hasta luego -se despidé saliendo de la habitación.
¿Porqué estaba tan nerviosa?, es solo Brad.