Planes Apresurados

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La experiencia de comprar un celular es estresante. La


tensión del dinero que tengo versus lo que quiero es


grande. ¿Quién no quiere el último iPhone, el último


BlackBerry o el último Samsung Galaxy? Por lo mismo,


antes de comprar el celular investigamos en Internet


¿Cuál será el mejor celular para mí? ¿Cuántos pixeles


trae la cámara? ¿Qué resolución de pantalla tiene?


¿Existen suficientes Apps gratis o todos son cobra-


dos? No investigamos por un día o por un mes sobre


las distintas opciones de celulares, sino muchas veces


hasta por varios meses y hasta que estamos verdade-


ramente seguros de las distintas opciones y de la más


adecuada, entonces compramos el celular de nuestros


sueños. Un celular del que no nos arrepentiremos ha-


ber escogido, porque nos tomamos el tiempo para co-


nocer a profundidad cada posible opción. Lo mismo ocurre en el caso de los zapatos, especial-


mente con las mujeres. Los hombres tendemos a ser


más prácticos, entramos a la tienda, nos probamos uno


o dos pares, compramos y salimos. Las mujeres ¡no!


Ellas en primer lugar casi siempre van a acompañadas


de un séquito de amigas quienes no comprarán nada,


pero van a disfrutar del proceso de compra y especial-


mente a emitir opiniones. Después de probarse unos


22 pares de zapatos y de escuchar alaridos ensorde-


cedores por parte de las amigas como: ¡Qué lindos! o


¡Qué horrendos! o ¡Se te ven divinos! La que se probó


los zapatos sale sin comprar un solo par. Dos sema-


nas después luego de repetir el proceso con 5 tiendas


más, de comparar diseños y precios, entonces y sólo


entonces, cuando está segura de lo que quiere, realiza


la compra. Y no se arrepiente de los zapatos que esco-


gió. Porque investigó, conoció y comparó. Está segura


de su elección.


Qué increíble que le dediquemos tanto tiempo a inves-


tigar, a conocer o a pedir opinión a otros antes de rea-


lizar una compra de un celular o de un par de zapatos.


Sin embargo con el tema del noviazgo generalmente


no actuamos así.


Conocemos a alguien por primera vez, nos intercam-


biamos teléfonos, nos seguimos en Twitter, nos hace-


mos amigos en Facebook y después de una larga amis-


tad de 4 días ¡Ya somos novios! Y estamos soñando

EmparejarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora