Comienzo este capítulo planteándole tres preguntas:
¿Será el tema de la fe en Dios un factor importante a
tomar en cuenta a la hora de buscar un novio o una
novia espectacular?
¿Podrán dos personas de distintas religiones vivir com-
pletamente felices una relación de noviazgo y luego de
matrimonio?
¿Podrán dos personas, un ateo y otra con fe, tener un
hogar en donde reine el amor, la armonía y la paz?
Muchos están buscando conocer más de Dios e investi-
gar si realmente él se reveló de alguna manera a la hu-
manidad. Porque ¿Cómo conocer al Perfecto a menos
que él decidiera revelarse a nosotros mismos? ¿Cómo
conocer acerca de la vida de los famosos a menos que
ellos lo tuiteen, facebookeen o permitan que les hagan
una entrevista para la televisión? Si no fuera por esos acercamientos que los medios logran hacer y nos los
presentan, los artistas serían un enigma para nosotros.
El Twitter de Dios ha existido desde hace miles de años
y no se limita a 140 caracteres. Sin ese acercamiento
voluntario por su parte no conoceríamos nada acerca
de El. Es más, estaríamos perdidos y orándole a las nu-
bes, a una roca, a un fenómeno o buscando encontrar
a Dios en nuestro interior o en el silencio al meditar en
la nada. Pero Dios tuiteó, Dios habló.
Muchos como yo, creemos que gracias a que Dios
habló conocemos sobre cómo fue la creación. Enten-
demos que sólo un Arquitecto Perfecto pudo soñar y
crear la perfección del ser humano, todo lo que vemos
y todo el universo. Ya que jamás lo imperfecto ha crea-
do lo perfecto. O el desorden ha producido orden. No
evolucionamos de lo imperfecto a lo perfecto, ni de
lo simple a lo complejo. No somos el resultado de una
evolución sino de la misma planificación, conciencia,
palabra y poder de Dios.
Creemos que Dios habló cara a cara con Adán y Eva
quienes jamás morirían. Pero desobedecieron al co-
mer del árbol del conocimiento del bien y del mal y sus
ojos fueron abiertos. Antes estaban desnudos y no se
avergonzaban, pero al comer del fruto sus ojos fueron
abiertos y por primera vez experimentaron lo que to-
dos los humanos experimentamos cada vez que peca-
mos y nos rebelamos ante la perfecta voluntad de Dios nuestro Jefe, nuestro Señor. Experimentaron miedo y
vergüenza y entonces cosieron unas hojas de higuera y