CAPÍTULO 2

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A diferencia de antes, Kate, no le quitaba los ojos de encima al escritor. Espo y Ryan habían intentado también que dejase de beber sin resultado.

Ver a Rick en ese estado, estaba haciendo que Beckett empezase a perder la compostura. No podía verlo sufrir de aquella manera.

Lanie la observaba sin decir nada. Sabía que su amiga estaba aguantando las lágrimas. Podía verlo en el movimiento de sus manos, en cómo mordía su labio inferior y en cómo suspiraba de vez en cuando.

-Hey, Rick -lo saludó una prima de Jenny, sentándose en la silla de al lado que en ese momento estaba vacía.

El aludido sonrió forzadamente.

-Venía a invitarte a bailar. He oído que eres el alma de la fiesta pero en esta... -dijo, sonriéndole.

-Bueno, no estoy en mi mejor momento.

-Por eso, ¿qué mejor que olvidar los problemas bailando? -tiró de una de sus manos para que se pusiera en pie. El alcohol hizo que se marease.

-Vamos. -Aceptó su invitación, cogiéndola de la cintura.

En ese momento, Kate, no pudo hacer nada para evitar que sus ojos se llenasen de lágrimas. Lanie, a su lado, negó con la cabeza.

-Sois un par de cabezones los dos. -Dijo sin poderse callar más. -En vez de estar juntos, estáis sufriendo el uno por el otro. No os entiendo.

-Lanie,.. -se quejó Beckett con la voz rota.

-No, Kate. Llevo todo el día viendo cómo intentáis ignoraros sin éxito. Cómo Castle no deja de beber para olvidar su dolor y cómo tú te estás muriendo por querer hacer algo. Pero no te atreves. No cuando eso significa dar tu brazo a torcer y, claro, eso no. -Lanie bufó. -Él siempre lo dio todo por ti, te esperó todo el tiempo que hizo falta. Se quedó a tu lado hasta cuando se enteró de tu mentira. Ahora, te toca hacer algo a ti, si no, lo perderás.

-Lanie...

-No, Lanie, no. Sabes que tengo razón. Y estáis siendo unos tontos. Al primer problema de verdad que tenéis, lo mandáis todo a la mierda. Nunca has sido tan feliz como con él, Kate. Y no me lo puedes negar.

-No, pero...

-Pero nada. Entiéndelo, Kate. Rick nunca te ha pedido nada. Intenta ponerte en su lugar.-Terminó de decir, poniéndose de pie. Dando aquella conversación por finalizada.

XXX

-¿Estás bien? -escuchó la voz de la prima de Jenny pero no le hizo caso. Su atención estaba en Kate y en la forma en la que estaba riendo. Apretó su puño con rabia. ¿Cómo podía estar riéndose así? En menos de 48 horas estarían divorciados, dándole fin a su matrimonio y a ella parecía darle igual.

Tom, aquel detective de robos que había tenido una pequeña relación con ella, no paraba de sonreír y de acercarse más y más a ella. Y, Kate, no parecía incómoda. Al contrario.

-Rick -repitió su acompañante de baile, poniendo una mano en su hombro.

La miró por unos segundos, volviendo de nuevo su mirada a Kate y Tom. Cuando vio cómo éste la cogía de la mano, no lo soporto más.

-Lo siento, tengo que irme. -Se disculpó con la rubia.

-Rick -intentó agarrarlo sin éxito. A pesar del alcohol que había ingerido, había logrado ser más rápido que ella.

XXX

-Lux, ¿dónde has dejado a Castle? -le preguntó el marido de su prima.

-Quiso irse -se encogió de hombros.

-¿Irse? ¿Cuándo?

-Hará como dos horas. Intenté evitarlo pero no me hizo caso.

Ryan se llevó una mano a la cabeza.

-¿Sabes cómo se fue? Ha bebido mucho para irse en el Ferrari.

-Ni idea. -contestó. -No lo acompañé hasta los aparcamientos. Se fue corriendo de la pista de baile.

-Pero, ¿qué pasó? Ni siquiera se despidió.

-Creo que ver a -señaló a Kate -en compañía de otro hombre, le afectó mucho.

-Dios. -se rascó la cabeza preocupado.

-¿Qué pasa, bro? -Preguntó Javi al llegar a su lado.

-Castle. Se ha ido.

El detective frunció el ceño.

-¿Sin despedirse?

-Vio a Beckett con Demming. Venía en el Ferrari.

-¿Qué? No....

-No lo sé. -Contestó el irlandés a la pregunta implícita de su amigo.

Esposito comenzado a andar hacia los apartamentos con rapidez, seguido de su compañero.

XXX

-Lanie, ¿has visto a Castle? Hace tiempo que no lo veo.

La forense repasó con su mirada toda la estancia. -No, yo tampoco lo he visto desde hace tiempo.

En ese momento, vieron pasar a Espo y Ryan con caras de circunstancias.

-Chicos, ¿habéis visto a Castle? -les preguntó Kate.

Los dos detectives se miraron entre ellos. Beckett se puso de pie al ver cómo se miraban. Conocía esa mirada. Sabía que algo no iba bien.

-Espo, Ryan, ¿dónde está Castle?

-Se ha ido.

-¿Qué? ¿Cuándo? -inquirió.

-Hace dos horas o así -contestó el irlandés.

-¿Por qué? -se sentó de nuevo. Sintiendo una tristeza mayor al saber que se había ido sin ni siquiera haber podido hablar.

-Te vio con Tom -titubeó el rubio.

La inspectora se tapó la cara con frustración. -¡Oh, no! -exclamó, al darse cuenta de algo. -¿No se habrá ido en el Ferrari? -preguntó, alarmada.

Los dos detectives se volvieron a mirar.

-No lo sabemos, pero...

-Pero el Ferrari no está -terminó de decir Javier ante la duda de Kevin.

-¡Ha bebido demasiado! ¿Cómo se le ocurre irse así? -preguntó sin esperar respuesta, buscando, nerviosa, su móvil en el pequeño bolso. Buscó su número y le dio a llamar, rezando porque le cogiese la llamada. Tenía que asegurarse que estaba bien. Pero, su llamada, fue rechazada.

-Lo llamo yo -se ofreció Kevin al ver la cara de su amiga. Pero ni siquiera entró la llamada. La voz de una máquina lo informaba que ese número estaba apagado o fuera de cobertura en ese momento.

XXX

-Si en diez minutos su cliente no está aquí, aplazaré la vista. -Sentenció el juez.

-Lo siento -se disculpó por enésima vez el abogado de Richard. -No sé qué le ha podido pasar. No está en su casa y el móvil lo tiene apagado -dijo apurado el letrado.

Te echo de menosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora