-nine-

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Michael P.O.V.

El dolor de cabeza en esos momentos era tal, que me era casi imposible levantarme de la cama en la que me encontraba. Observé mi alrededor pero no me era nada conocido. Por un segundo, unos nervios controlaron todo mi ser y me aseguré que llevara la ropa puesta. La llevaba. Eso significaba que no había ocurrido nada inapropiado o eso pensaba en esos momentos.

Intenté levantarme hasta conseguirlo. Aún así, tuve que sostenerme mientras caminaba por el pasillo de la casa para no caerme de bruces al suelo. Bajé las escaleras y observé mi entorno: chicos y chicas desperdigados por el suelo en posición fetal. Botellas y comida tirada por todos lados. Vasos rotos. Parecía que todo el mundo se lo había pasado muy bien. Hoy había instituto, pero nadie se immutaba ante tal hecho.

Me di paso hasta llegar al baño. Allí contemplé mi rostro en el espejo: unas frondosas ojeras lo cubrían juntamente con los ojos que se encontraban hinchados y rojos. Me lavé la cara y volví a observarme. "El agua no va a quitarte eso" me dije para mis adentros. Hice una mueca y en el momento en que iba a salir del lavabo, me di cuenta que había algo en mi cuello: una marca. Pero no parecía de un golpe ni nada parecido, más bien una marca de amor, más conocida como chupetón.

Di vueltas sobre lo ocurrido anoche, pero nada, mi memoria estaba en blanco. Suspiré y salí de la casa con dificultades para no pisar a los que se encontraban yaciendo en el suelo.

Ya en el exterior me tapé el rostro con la manga de la sudadera para que no me diera el sol de lleno. Caminé varias calles hasta dar con mi hogar. Lo gracioso es que parecía ser que el recorrido hasta la fiesta era lo único que había quedado grabado en mi mente y, en parte, me enorgullecía.

Busqué mis llaves en mis bolsillos hasta dar con ellas. Al entrar en casa, sentí un gran alivio en el hecho de no tener que inventar una excusa a mis padres de porqué traía esa cara. Al llegar a mi habitación me tumbé en la cama y dejé los ojos cerrados hasta que el cansancio se apoderó de mi cuerpo.


Calum P.O.V.

Me encontraba en la habitación de invitados en casa de Mike. Ni idea de como había llegado allí. Pero recordaba algo de lo sucedido la anterior noche...


·Flashback·

[...] Miraba mis ojos directamente, sin apartarlos en ningún momento y tenía la sensación que cada vez juntaba más su cuerpo al mío y con ello nuestros rostros parecían menos distantes. Sólo unos milímetros separaban nuestros labios y mis piernas no reaccionaban como deberían. Quería irme de allí y correr como un desesperado, pero su mirada me tenía atrapado al igual que sus brazos. Entreabrió su boca y no dejaba de observar mis labios que con cada segundo temblaban más.

Cerré los ojos por instinto. Ya me daba igual todo, algo en mi me gritaba que lo hiciera. Momentos antes había creído que era el efecto del alcohol, pero no fue así. Había algo más. Y por eso me dejé llevar. Pero ocurrió algo. Se empezó a reír mientras me observava divertido. No entendía el chiste.

-¡Deberías haber visto tu cara! Calum queriéndo besarme a mí- Mike se retorcía de la risa mientras hacía que limpiaba una lágrima.

Me crucé de brazos. Seguía sin entenderlo. E intenté que el hecho que me hubiera gastado una "bromita" no me afectase. Pero me afectaba. Y eso me daba mucha rabia. Me giré saliendo de la fiesta por la puerta trasera de la casa y me estiré en el césped.


Y eso es lo último que recuerdo.


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Contemplé la marcha de Calum por el patio trasero. Parecía que se hubiese enfadado, pero eso era imposible, además me hacía gracia. Aunque quizás nada en esa situación era gracioso pero en las últimas horas todo me lo parecía. Seguramente se influenciaba por el alcohol, pero me daba bastante igual. El estado de euforia en el que me encontraba en esos instantes era indecriptible. Sacudí mi cuerpo al ritmo de la siguiente canción que sonaba: "Maps", de Maroon 5.

Mientras bailaba, alguien se acercó a mí y empezó a moverse. Con cada nota que sonaba, éste desconocido se iba acercando cada vez más y estampó sus labios contra los míos. Luego de separarnos, una sonrisa de estúpido se posó en mi cara y volví a saborear esa boca. Quería deternerme pero no lo hice. Seguí y quizás me sobrepasé un poco, pero mi mente ya no controlaba mi cuerpo. El vodka era su sustituto. En ese momento, mientras dejaba una mordida en mi cuello, me acorraló contra la pared. Seguidamente entramos en la habitación y me miró con ojos expectantes.

-Gracias por venir, gatito - susurró en mi oído haciendo que todo mi cuerpo temblara.


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NO ME TIRÉIS PIEDRAS D:

SIENTO QUE NO HAYA SIDO LO QUE ESPERÁBAIS PERO BUENO, ESTO ES ASÍ.

OS QUIEROOOOO <3 <3


Notes |malum|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora