-fourteen-

199 21 15
                                    

Llamé su atención tocando su hombro. Se giró y me miró de arriba a abajo con una sonrisa.

-¿Qué tal, Calum? - No dejaba de sonreír mientras acercaba el cigarrillo a su boca y tragaba el humo para después soltarlo.

Apreté mi labio inferior que se encontraba temblando y me acerqué a él, decidido. Decidido a quitarle esa sonrisa de estúpido y egolatra. Cayó al suelo mientras me observaba perplejo.

-¡Déjame, joder! - Me quitó de encima con brusquedad haciendo que cayera al suelo.

-Estúpido. - gruñó.

-Falso, falso, falso, falso... - murmuré. Michael me ayudó a levantarme y pasó mi brazo rodeando su cuello.

Él rió.

-Qué asco dais, joder. - puso una mueca de disgusto y yo volví a abalanzarme encima suyo.

-¡Eras tu desde el principio, mierda! ¡Siempre he confiado en ti, Axel! ¿Porqué me haces esto? - gritaba e intentaba mantener la compostura pero me era imposible. Que una de las personas en que más confiaba me hubiera traicionado de ese modo, me parecía demasiado irreal.

Axel volvió a quitarme de encima y me miró con furia.

Flashback

-Mike, ¿estás mejor del resfriado? - preguntó el castaño con una gran sonrisa.

Michael lo miró asombrado, nunca hablaba con él, sólo lo hacía con Calum.

-Eh... S-sí. - No estaba muy acostumbrado a entablar una conversación coherente con la gente.

-Me alegro. - su sonrisa se hizo más grande aún, cosa que asustó algo al menor.

Éste se giró dirigiéndose al aula, pero el brazo del castaño se lo impidió.

-¿O-ocurre algo? - dijo algo inseguro.

-Te voy a hacer un favor, ¿de acuerdo? - el otro asintió pausadamente. - Calum solo está contigo por pena, ¿entiendes? No eres su amigo, ni nada por el estilo. Terminará por dejarte de lado. - Palmeó su espalda y se fue hacia clase, dejando a Michael con el alma rota.

-G-gracias, Axel. - dijo en un susurro.

Unos días después...

Axel se dirigió a los baños y se encontró a Calum.

-Hey – saludó con una sonrisa. Calum pensó que era muy agradable tenerlo como compañía y era un gran amigo. No sabía lo mucho que se estaba equivocando.

-¿Michael es un poco extraño, no crees? - cuestionó el castaño.

Calum rió.

-¿Porqué dices eso? -

-Veo que vais siempre juntos y parecéis muy buenos amigos. - Calum afirmó con la cabeza.

-Pues el otro día me contó que eres muy pesado, siempre enganchado a él. - El chico lo miró asombrado.

-¿Eso dijo? - el moreno asintió. - Pero si yo solo me preocupo por él.

-Me dijo que le das asco y que te alejes de él. - Calum, que en ese entonces se lavaba las manos, se giró, encarando a Axel, sin expresión alguna en el rostro.

-Voy a hablar con él. - dijo y anduvo por los pasillos intentando localizarle. Cuando dió con él, la mirada de rabia que tenía plasmada en el rostro era indescriptible e hizo que Calum se quedara estático y sin ánimos para decirle algo. Estaba destrozado, se sentía impotente, nunca creyó que Michael sintiera tanto asco por él.

Se dejó caer en la fría pared, mientras Axel le daba ánimos, aconsejándole que era mejor que le pagara con la misma moneda. Y así lo hizo. Calum dejó de hablarle. Dejó de estar con él. Dejó de ser parte de su vida.

Y ahora volvían a estar juntos. Más unidos que nunca.

***

-Mikey... - susurró el moreno.

Éste lo observaba con el rostro iluminado.

El tono del móvil volvió a interrumpirlos. Calum bufó, ya se le estaba haciendo costumbre.

-Ah, Luke. - respondió Michael sin mucho interés

Calum lo miró con una sonrisa torcida.

-Ahora no puedo. No, después tampoco. Estoy con Calum. Sí, vale, adiós. - suspiró y guardó su teléfono.

-Voy a dejarlo. - miró al moreno. Éste estaba sorpendido. Jugó con sus manos mientras miraba el suelo. Al teñido le pareció tierna su acción y levantó el mentón del moreno mientras clavaba su mirada en la de él y se besaban por millonésima vez en el día. Los dos buscaban los labios y el contacto físico del otro, haciendo que se quedaran sin respiración y dejaran de besarse por falta de aire.

-Me gustan tus besos. - afirmó el castaño.

Michael mordió su labio inferior.

-A mi también los tuyos. - sonrió y dejó un beso en su mejilla. Se miraron a los ojos sintiendo punzadas en sus respectivos estómagos.

Se despidieron y cada uno fue a su casa.


Calum P.O.V.

Empezó a oscurecer y mis ojos estaban muy cansados. Había sido un día lleno de emociones. Toqué mis labios recordando el sabor de los besos del teñido, provocando que me sonrojara notablemente.

Una voz me sacó de mis pensamientos.

-Estás rojo. - Mi hermana me observaba desde el umbral de la puerta.

-Ugh, cállate, eso es mentira. - sabiendo que eso era verdad, volví a sonrojarme.

Ella rió.

-Espero que no sea por Amber. - dejó ir, mientras sus labios formaban una línea recta.

Yo solté una risita.

-Nop - dije pronunciando la "p".

-¿Entonces? - me miró buscando respuestas. - Nunca te he visto con esa sonrisa de estúpido y rojo como un tomate - una sonrisa se asomó en sus labios y se sentó a mi lado.

-La verdad... Es por mi vecino. - susurré como si no fuera a esucharme.

Ella me miró asombrada.

-¿Michael? - cuestionó a lo que yo asentí, vergonzosamente.

Ella me abrazó y observó mi rostro.

-¿Y esas heridas? - su sonrisa se sustituyó por una mueca de enfado.

-Larga historia. - me limité a decir.

-Tengo tiempo. - aseguró.

Le conté todo desde el principio y al acabar mi relato, me abrazó más fuerte.

-¡Harían muy buena pareja! - exclamó entusiasmada.

-Ugh, cállate.

-Malum af - soltó una risa.

Yo rodé los ojos.







Notes |malum|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora