Capítulo 5

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Había decidido dejar sola a Natalie en el comedor. Mi mejor puesto en ese momento era mi habitación y esperar que las cosas entre la familia se enfriaran.

Pobre la regañina que le tocaría al hermano de Natalie. Pero al parecer era un tremendo dolor de cabeza.

Llegue al salón e iba a subir las escaleras, cuando veo unos hermosos ojos avellanas mirándome desde la puerta.

Sus ojos eran profundos, su mirada penetrante y mis ojos estaban teniendo una pequeña conexión extraña con los suyos.

Mirarlo tanto me hacía sentir cautiva y vulnerable.

"Gira la mirada" me dije. Pero algo simplemente me impedía hacerlo.

Eran los mismos ojos con los que llevaba soñando últimamente. Nunca había visto unos ojos así ¿y soñaba últimamente con los ojos que iba a ver? Eso es raro. Muy raro para ser precisos.

Eso me saco de mi pequeño trance y logre analizarlo completo.

Llevaba unos Jean oscuros, una camisa manga larga completamente negra. Tenía remangadas las mangas hasta sus codos. Tenía dos botones sueltos, mostrando su musculoso pecho. Tenía hombros anchos, pero aun así era delgado. Era casi una cabeza y media más alto que yo.

Su rostro era caluroso, sus labios no eran ni delgados ni gruesos, eran un equilibrio perfecto. Su nariz era fileña, su rostro alargado y tenía su cabello de un rubio dorado peinado hacia arriba.

Me sonreía mostrándome sus perfectos y blancos dientes.

Por Dios ese chico si era caliente.

- Hola- le escuche decir. Un "hola" un simple hola de su provocativa boca me hacía temblar. ¿Quién será este chico?

- Hola- respondí en un hilo de voz, que me sorprendió que lo alcanzara a oír. Supe, porque al instante me dio una sonrisa torcida, que dejaba ver solo la mitad de sus dientes.

- Mi nombre es Chris... -. Se corrigió al instante. -Bueno realmente es Christopher, pero me dicen Chris. Pero odiaría que me llamaras así. ¿Y tú cómo te llamas? Espera. No me lo digas. La mejor forma de llamarte es, si me das tu número. - la última parte la dijo en un tono bastante irónico.

Ese comentario me saco una sonrisa y él lo notó.

- ¿Te molesta que te digan Chris? –pregunté desviando el tema.

- Para nada, pero quería hacerte reír -Volví a sonreír- Pero no he sacado más que dos simples sonrisas.- Dijo acercándose a la escalera- ¿Entonces, eres...?

- Charlotte -En sus ojos broto un extraño brillo al oír mi nombre- Mucho gusto- dije extendiéndole la mano, que el enseguida estrecho.

Madre Santa.

Lo toqué y un fuego recorrió todo mi brazo, sentí un corrientazo en mi estómago y no podía bajar la mirada por más que lo intentaba.

Definitivamente este era el hermano de Natalie y no era tan guapo como lo suponía, era mil veces mejor.

Soltó mi mano y vi como sus ojos juguetones, jugaban y manejaban a los míos a su antojo.

Nunca ni en un millón de años me había creído a mí, Charlotte Miller en esta situación.
Estaba como una idiota simplemente mirando unos ojos bonitos. El también solo me miraba y no decía nada.

¡Es que no lo necesitaba!

Me estaba haciendo polvo, sin siquiera abrir la boca.

"Esto debe parar, vete has lo que sea, menos lo que estás haciendo" escuche a mi vocecita interior decirme. "VAMOS MUEVETE" esa fue casi una orden que fluyo directamente a mi cerebro.

Midnight IslandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora