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El primer amor.
Había oído mucho sobre eso. Y siempre me había preguntado si yo encontraría alguna vez a alguien que pudiera llegar a amar de verdad.
O que me quisiera.
Un día por la mañana salí a dar una vuelta en la combi.
Mi vieja combi, cómo olvidarla. Me gustaba mucho.
Llegué en ella al pueblo.
En un momento vi una tienda de quesos. Lo primero que vino a mi mente fue comprar un poco para mi abuela, bajé del auto y me dirigí a la tienda.
Mientras decidía cuál llevar, tu saliste de la puerta trasera.
Cruzamos miradas un momento, y aunque fue solo un segundo, me puse muy nerviosa.
Yo solo esperaba que no lo hubieras notado.
Sin embargo lo hiciste.
Te acercaste y me hablaste.
Me preguntaste si era yo la chica de la otra noche, la que te había saludado. Yo asentí.
No dijimos nada importante, fue tan solo una charla relajada.
Extrañamente no me sentí tan nerviosa al hablar contigo como había imaginado que pasaría.
Al contrario, me sentí cómoda y tranquila al hablarte.
Fue como estar en casa.

Nothing Lasts ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora