Una tarde, te propuse ir a un lugar que no hubiéramos visitado antes.
Nos fuimos en tu auto hasta las afueras del pueblo.
Y me llevaste a un pequeño bosque.
Sacaste una manta de la cajuela y la pusiste sobre el césped.
Era hermoso.
Había muchísimas flores, y se respiraba un aroma puro y fresco. Los rayos del sol se filtraban entre las hojas y ramas de los árboles creando un efecto que era simplemente mágico.
Te pregunté por qué habías escogido ese bello lugar, y dijiste que te gustaba mucho ir allí en las tardes cuando todo te aburre y no hay nada que hacer.
Cuando nos sentamos, me abrazaste tiernamente y besaste mi mejilla. Y me sonrojé.
Tu siempre sonreías al ver que me ponía nerviosa. Supongo que te gustaba pensar que me gustabas mucho.
Y si así era, entones no estabas equivocado.
A veces yo podía parecer un poco incómoda o tímida.
Pero la verdad es que no disfrutaba nada como el estar contigo.
Es solo que me ponías demasiado nerviosa.
En especial cuando de repente decías que me querías mucho.
Platicamos de muchas cosas, y te mencioné por ejemplo que me gustaría recordar ese lugar por siempre. Quería verlo todos los días.
Pero cuando acabara el verano me iría de vuelta con mis padres.
Aunque eso no era algo que me gustara mucho recordar.
De repente, me miraste a los ojos, tenías una mirada seria, y dijiste que me querías mucho, que te hacía feliz. Y me pediste ser tu novia.
Dije que sí sin pensarlo dos veces. Estaba más que segura de que te quería y no esperaría más tiempo.
Después podría ser tarde.
Cuando acepté tu rostro fue invadido por una gran sonrisa, y tus ojos se iluminaron. Me abrasaste y me besaste en la mejilla.
Aquella tarde estuvimos sentados en esa manta sobre el césped, solo abrazados, hablando de lo hermoso del lugar. Yo recargaba mi cabeza en tu hombro y tu me besabas la frente dulcemente.
Ese lugar sin dudas me traería muy buenos recuerdos después.
Y luego te dije que ese era mi lugar favorito.
Te sorprendió un poco el que yo dijera eso, tu rostro se lleno de sorpresa y felicidad al mismo tiempo. Pregunté la razón y dijiste que ese era también tu lugar preferido.
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Nothing Lasts Forever
Short StoryNos conocimos un verano, y es uno que nunca olvidaré. Vivimos muchas cosas buenas juntos, pero ¿iba eso a durar por siempre? Yo solo esperaba que sí.