¿Cómo te llamas?

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Hoy es un nuevo día, lleno de nuevas oportunidades de conocer gente nueva; así es, hoy es mi primer día de clases. Asisto a la escuela London's Stroight School, una de las más prestigiosas escuelas del país. Me estaba vistiendo. Por ser el primer día de clases escogí unos ajustados jeans negros y una remera blanca con mangas cortas, mi típica vestimenta. Bajé las escaleras con cierta lentitud y divisé a uno de mis cinco mejores amigos, Liam. Vivo con ellos desde hace un año, cuando nuestros padres accedieron a comprarnos una gran casa para compartila entre los cinco.

-Hey.. ¿por qué despierto tan temprano? -preguntó Liam, ya que suelo dormir mucho.

-No lo sé, talves conquiste chichas más fácil -dije bromeando, pero Liam me fulminó con la mirada, ya que el es el más maduro de los cinco y, por ende, en las relaciones. -Hey, sólo bromeo, relájate.

-Eso espero, rulos.

Luego de sentarme en el sillón junto con Liam y charlar de cosas sin sentido, los tres idiotas despertaron con cara de zombies y, luego de que se ducharan, nos dirijimos al starbucks más cercano. Al llegar, visualizamos algunas chicas lindas en las diferentes mesas del café. Luego de pedir cada uno su pedido, nos sentamos en una de las mesas cerca a la gran ventana que daba la vista de los carros que pasaban por aquella autopista.

-¿Y que piensan hacer hoy en la noche? -pregunté algo distraído.

-¿Qué? -preguntó Niall un poco confundio. -Harry, apenas es lunes, ¿aguantarías hasta el viernes? Recuerda que la fiesta de bienvenida del colegio siempre se descontrola -¿cómo pude olvidarlo? Es una gran fiesta, apesar de ser el colegio quien la planea, siempre hay algún estudiante que lleva alcohol y que pone la música más alocada que pueda haber.

-Hey, no lo recordaba, enano.

-Chicos, se está haciendo tarde, ¿nos vamos? -preguntó Liam dirigiendo su mirada al reloj que estaba colgado en la pared del café. Eran las siete y cuarenta minutos, y la hora de entrada era a las ocho de la mañana, así que rápidamente pagamos nuestro pedido y salimos de allí, ya que, apesar de no quedar muy lejos, si ibamos caminando eran diez minutos exactos. Al llegar al colegio vimos a nuestros viejos compañeros de clase y algunos estudiantes nuevos. Estábamos haciendo bromas hasta llegar a nuestros casilleros que hace más de un año que están juntos. Estaba revisando mi casillero y los libros que tenía en él, cuando una chica estaba torpemente intentando abrir su casillero, al ver que no lograba hacerlo, decidí ayudarla.

-Hey, ¿necesitas ayuda? -dije, y fue en ese momento en el que noté lo encartada que estaba, llevaba apróximadamente cinco libros y un par de papeles en la mano. Al acercame un poco más para sostener sus libros, miré su rostro. Tenía un rostro simplemente hermoso, ¿pero qué digo? Dios, era bellísimo. Tenía unos hermosos ojos azules que brillaban como el mismísimo océano con el resplandor del sol arriba de éste. Miré sus labios, carnosos e irresistibles, pintados con un dulce rosado en ellos. Al notar que se había sonrojado debido a mi intensa mirada, salí de ese transe al que me transporte al ver su hermoso rostro; también noté su cuerpo, parecía modelo, con una pequeña cintura que su ajustada camisa marcaba a la perfeccion, unas curvas de muerte, y unos senos en su tamaño justo. Volví a mirar su rostro y ella me miraba seria mientras subía una de sus cejas y cruzaba sus brazos un poco enojada justo debajo de sus perfectos pechos. -¿Ya tienes tu clave? -pregunté, ignorando todo signo de enojo en el rostro de la chica.

-Gracias pero creo que tu ayuda sobra -dijo en un asento algo desconocido para mí y tomó sus libros de mis brazos con enojo. Escuché unas pequeñas risas detrás de mí y supe de inmediato que los chicos habían notado la situación. Para no quedar en ridículo por ser rechazado por una chica decidí reaccionar igual que ella.

-¿Qué te puedo decir? Si el espacio que ocupas sobra más que mi ayuda -dije acercándome más ya que había logrado enojarme sólo un poco.

-¿Perdón? -dijo indignada. -Nisiquiera sé tu nombre así que no me vengas a hablar así, ¿quién te crees? -otra vez ese desconocido asento. ¿Acaso era indecifrable? Lo descubriría.

-¿Quién me creo? Suficiente con ser Harry Styles -dije con cierta superioridad a lo que ella le molestó un poco más, por lo que se acercó más.

-Pues Harry, feliz jodido primer día -dijo con sarcasmo y sonrió. Al sonreír algo dentro de mí despertó, se revolvió. Morí internamente con su hermosa sonrisa. ¿Qué hacía que aquella chica fuera tan hermosa? ¿Acaso era diferente a las demás?

She's the one.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora