Capítulo 11.- Rescate

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Los personajes son propiedad de Tite Kubo.

Advertencias: Puede contener OoC.

La historia está inspirada en el libro "Warm Bodies" de Isaac Marion.

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ALGUIEN PARA RECORDAR

Capítulo 11.- Rescate.

Era de noche cuando llegaron frente a unas enormes puertas. Ashido se detuvo al ver que los demás lo hicieron.

—Bienvenido a casa. —le dijo Rukia.

¿Casa?, se preguntó Ashido. Hace mucho que no utilizaba esa palabra, no al menos como sinónimo de lugar seguro y agradable para habitar y compartir con otros.

Él a veces dormía dentro de alguna casa solo o con otros no vivos, pero nunca la sentía como suya, sólo era un lugar en el cual estar sin un objetivo particular.

Sin embargo cuando Rukia se refirió a ese lugar como casa, algo se removió en él. De nueva cuenta pequeños recuerdos llegaron a su cabeza, lo estaba recordando, alguna vez vivió ahí, alguna vez se sintió feliz de pertenecer nuevamente a ese lugar.

Sin embargo esa sensación agradable duro poco.

Pronto se vio rodeados por personas que lo sujetaron con cuerdas.

Él no entendía nada de lo que sucedía, si era su casa ¿Por qué lo trataban así?, ¿Por qué trataban así a Rukia?

Quiso zafarse para ir a ayudarla, pero las cuerdas lo sujetaban con fuerza. Hizo el intento de hablar, de pedir que lo dejaran estar con ella, pero solamente gruñidos era lo que salían de su boca, gruñidos que esos hombres ignoraban.

Se desesperó cuando vio que esos sujetos se llevaban a Rukia y los demás lejos de él.

Ashido intentó caminar hacia donde llevaban a Rukia, pero los de la fuerza especial lo jalaron con fuerza y lo obligaron a caminar hacia otro rumbo. Finalmente llegaron al escuadrón doce.

—Capitán Mayuri ¿Qué haremos con él? —preguntó un ninja al capitán, que ya los esperaba afuera.

—Llévenlo a la celda que ya está preparada para él. —les informó. —mañana mismo comenzaré a estudiarlo. —dijo con una gran sonrisa llena de emoción y sadismo.

Si hubiera sido por él, esa noche empezaría con el estudio, pero tenía que esperar órdenes del comandante Kyoraku.

Ashido fue llevado a una gran celda de paredes gruesas y blancas, sólo la de enfrente era de un grueso cristal para permitir su observación. La puerta, también de cristal, se localizaba en esa pared.

Mayuri se acercó a un lado de la puerta y tecleó la contraseña, algunos segundos después la puerta se abrió. Los ninjas sin ningún cuidado empujaron a Ashido hacia dentro, después la puerta volvió a cerrarse.

Ashido se zafó de las cuerdas después de unos minutos y caminó hacia la pared de cristal.

Comenzó a golpearla con fuerza con las dos manos, pero por más que golpeaba no lograba hacerle el más mínimo daño al cristal.

—Rukia. —dijo Ashido mientras seguía golpeando la pared con desesperación. —Rukia.

—Vaya, vaya, así que puedes hablar. —comentó impresionado Mayuri. —eso sólo aumenta mi interés por estudiarte. —dijo y luego se dio la media vuelta y comenzó a caminar a la salida.

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