Capítulo 6.- Te quiero

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Los personajes son propiedad de Tite Kubo.

Advertencias: Puede contener OoC.

La historia está inspirada en el libro "Warm Bodies" de Isaac Marion.

Muchas gracias por sus comentarios 

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ALGUIEN PARA RECORDAR

Capítulo 6.- Te quiero.

Rukia y Ashido salieron de la casa, había varios zombis rondando el lugar caminando sin una dirección fija, otros estaban parados en medio de la calle y otros sólo estaban sentados sin hacer nada.

—Muer...ta. —dijo Ashido. Rukia sabía lo que le pedía.

Eso era irónico, técnicamente ella estaba muerta, pensó Rukia. Pero entendió el mensaje y comenzó a caminar lento y con movimientos torpes.

Se puso un poco nerviosa cuando unos infectados pasaron junto ella, pero afortunadamente no distinguieron su olor.

Cuando por fin Rukia sintió que estaba fuera del alcance de percepción de los infectados se limpió los rastros de sangre.

Caminaron un rato más antes de detenerse a descansar, al menos Rukia.

—Es mejor parar aquí. —dijo Rukia deteniendo su andar. —Estoy cansada.

Ashido asintió aunque él no estuviera cansado. Rukia se sentó sobre unos escombros y él se paró frente a ella.

—¿Por qué me estás ayudando? —preguntó ella de pronto. Le inquietaba por qué había sido precisamente ella, por qué la quería mantener segura.

El chico de cabello caoba se alzó de hombros.

—Man...tenerte segu...ra. —dijo.

—¿Pero por qué? —insistió Rukia.

Él se le quedó viendo fijamente, queriendo buscar una respuesta para ella, ¿por qué lo hacía?¿por qué la quería con él?¿por qué la quería proteger?

De nueva cuenta su cerebro mandó impulsos nerviosos a su cuerpo, recordó cuando la vio por primera vez y lo que pensó, que era alguien muy fuerte y hermosa.

Su corazón ya era un órgano inútil, muerto, ya no bombeaba sangre; su cerebro ya no cumplía sus funciones, sin embargo experimentó emociones y sensaciones ya olvidadas, dolor por saber en lo que se había convertido, la alegría por verla frente a él y a salvo, y el anhelo, anhelo de sentir sus labios rosados sobre sus labios grises.

Entonces Ashido se llevó una mano a donde estaba su corazón y luego acercándose un poco más a ella, la presionó sobre el corazón de Rukia. No sabía porque hacia eso por ella, sólo que tenía que hacerlo, como si algo lo conectara con ella.

Ella se sorprendió momentáneamente, pero luego colocó su mano sobre la de él.

—Yo también te quiero. —le dijo y bajó la mano, Ashido también bajó la suya.

Él ladeó la cabeza, todavía no entendía muy bien ese sentimiento.

—Tú eres diferente ¿verdad? —preguntó Rukia después de un breve silencio.

Ashido se alzó de hombros.

—Nunca había visto a otro infectado hablar como tú. —Rukia se arrepintió de referirse a ellos como infectados pensando que quizá lo lastimaría por sus palabras, pero él no pareció incomodarse. —O que decidiera proteger a alguien. ¿Hay otros como tú? —preguntó curiosa.

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