El camino del manglar

54 2 0
                                    

Era una noche fría a pesar de ser un pueblo cercano al mar. Mis manos temblaban ferozmente tras las gélidas brisas de la avanzada noche. Mis ojos se encontraban fijos al pavimento grisáceo, trataba de razonar silenciosamente con este de temas que seguramente nunca podría responderme. Mis pasos eran lentos y pesados no quería llegar a mi lugar de destino pero tenia un largo camino antes de poder siquiera estar cerca. Mi mente divagaba en decisiones que había tomado y decisiones que tenia que tomar, eran pensamientos en su mayoría demasiado negativos para poderlos expresar en voz alta. Solo podía jugar con un montón de monedas que yacían sudadas y bastante resbalosas, sinceramente era bastante desagradable la sensación que provenía de estas pequeñas y sonoras cosillas.

De tanto jugar con ellas una decidió marcar su propio camino huyendo de mis manos dando giros hasta llegar al borde del manglar tupido a la orilla de la carretera. Al momento de levantarlo aun estaba asumido en mis pensamientos pero una extraña ventica me obligo a levantarme y tratar de cubrir mis ojos de la arenilla que intentaba cegarme con tenacidad.

-¡Pero que rayos!-. Grite enojado. Frotaba mis ojos con fuerza tratando de eliminar las molestas piedrecillas que habían logrado entrar.

Cuando finalmente pude abrir los ojos, una extraña cueva se había formado entre las enredadas ramas del manglar, a pesar de ser pequeña podría entrar sin ninguna dificultad dentro de ella, el final de esta se encontraba en total oscuridad. Se me hizo realmente extraño que eso sucediera y aun más cuando el tipo de manglar no era muy fácil de moldear. Trate de mirar entre las ramas si podía ver la corriente de agua salada que lógicamente estaría al otro lado del manglar, pero todo se encontraba completamente oscuro a pesar de las estridentes luces de la calle.

-Y si...-. Fueron las únicas palabras que pronuncie antes de entrar al extraño camino que se mostraba delante.

Mis pasos eran lentos pero cuidadosos, cada tanto miraba atrás tratando de no perder mi camino de regreso por si algo amenazaba mi bienestar. Pero a cada paso se me hacia cómodo y apacible, una sensación de comodidad se estaba apoderando de mi perturbada mente. Estaba consiente que al negarme a volver me acarraría serios problemas por la avanzada hora, pero a decir verdad estaba mandando a volar todo pensamiento de miedo que se me podría cruzar por la cabeza.

-Más...más... más-. Mis palabras eran repetitivas pero cada mas profundas, quería llegar al final. Quería saber porque ese extraño camino estaba allí esperándome.

-Regresaste-. Aquellas palabras provenían de lo más profundo de la extraña cueva de manglares, un dulce aroma a hogar golpeo mi nariz hasta hacerme aspirar sonoramente.

-Regrese... Regrese y pretendo no marcharme de nuevo-. Me dije mientras miraba hacia atrás y notaba como las ramas del manglar habían sellado tras de mi único regreso a mi antigua casa, pero no quería volver... Ya estaba en casa...


Relatos cortos (Por ahora suspendida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora