Capítulo 1: Primer paso al Infortunio.

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En un pequeño país latinoamericano como Ecuador, de tercer mundo, con una media de quince millones setecientos cuarenta mil habitantes, con cuatro regiones y veinticuatro provincias, existen diversas religiones, que pueden estar a su merced de diferentes maneras, le llegan por medio de un folleto, un programa televisivo, correo electrónico, algunas veces a su celular por medio de un SMS y hasta por medio de una amiga; corriendo diversos riesgos como obtener una mala información.
Viviana, una chica común, diecisiete años, cabello negro ondulado hasta su cintura, estudiante de sexto grado en el colegio "Buena Fe" de Quito, dueña de una vida rutinaria y varias adicciones leves hacia su celular, para ser precisos internet, tras las mañanas de clases y momentos divertidos con sus amigas se dirige a un Cyber Café aledaño a su casa, en el cual pasa dos horas diarias, desperdiciando tiempo.
Sin embargo aquel viernes de Octubre, por azares del destino cambió su rumbo a casa de Luisa, una vecina de su misma edad, castaña y de ojos negros, quien esperaba por ella.
— ¿Qué tal? entra —Dijo la castaña tras abrir la puerta. 

—Dale, estoy que muero de frío, ¿Qué me querías enseñar? —Respondió dejando caer sus cosas en el sofá. 

— ¿Te acuerdas de Jeff? El chico de ojos azules que estudió en el colegio con nosotras el año pasado —Mencionó al avanzar hasta su habitación. 

—Obvio, era el único chico guapo del colegio —Expresó entre sonrisas pícaras. 

—Lo invité a salir, pero me rechazó, loca —Contaba con decepción y sorpresa tras buscar su laptop. 

—ya pues, tiene novia, ¿Qué esperabas? —Dijo antes de tirarse sobre la cama de Luisa—Bueno estuve investigando y me encontré con esto —Se dirige con su laptop hacia Viviana. 

— ¡¿Estás loca Luisa?! Eso es brujería —Responde exaltada al ver simbologías extrañas y ciertos "hechizos de amarres". 

—No es brujería, es la wicca, magia blanca, es una religión de la tierra, ni siquiera existe Satán en esta religión —Explica en son de burla. 

—Eso no tiene nada de bueno Luisa, con las cosas del diablo no se juega —Responde atareada. 

—Rosa me lo recomendó, y según ella no pasa nada, es la magia de las tres, todo tiene que ver con la naturaleza y buenas vibras, no le haces daño a nadie, siéntate y te muestro que no es nada del diablo como dices —Se burló. 

Viviana observó momentáneamente a Luisa, analizó la situación, después de todo nada malo podría ocurrir con solo echar un vistazo a algo que ella nunca probaría, al menos eso pensó antes de sentarse al lado de Luisa y adentrarse a algo como magia blanca... 

Existe un dicho, tal vez refrán o simplemente una frase: "La magia no existe en colores si no en intenciones". 

Pasaron dos horas y Viviana se tuvo que ir, se despidió como lo hacía normalmente, caminó media cuadra hasta su casa, una modesta y típica casa esquinera, de dos pisos y terraza. 

—Mami, ya llegué —Dijo en voz alta al cerrar la puerta. 

Un largo pasillo oscuro decorado con varias imágenes religiosas y crucifijos, sin duda una familia conservadora y religiosa, la casa era de construcción mixta, en la parte de abajo baldosas finas y arriba piso de madera, meticulosamente Viviana subía por las escaleras de madera, que rechinaban cada que avanzaba un escalón. 

—Llegas tarde Viviana —Sonó una voz gruesa desde una de las habitaciones aledañas.
—Lo siento papá, pasé por la casa de Luisa a llevarle los deberes —Se acercó a la puerta de aquella habitación. 

—Esa niña es mala influencia, ve a cambiarte de ropa, vamos al velorio de tu tío Juan —Reprocha el regordete señor desde su cama. 

—Sí papá... —Se dirige a su habitación, aún nerviosa. 

¿Wicca?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora