Capítulo 2: Es sólo Wicca.

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 Cita: "Wicca es una religión neo pagana orientada hacia la convivencia pacífica con la Tierra o la madre naturaleza, donde los que la practican, en solitario o en grupos pequeños llamados "Coven", celebran la armonía con la misma mediante rituales que provienen de culturas europeas antiguas pre-cristianas, es decir la Wicca tiene prácticas paganas europeas antiguas..." (Warloc, 2014, Wicca solitario)


—Te dije que no es nada malo —Mencionó en voz baja Luisa viendo el monitor de su laptop, sobre la cama— No te digo que nos unamos a su religión, y a sus sectas, sólo utilicemos la parte buena de ellas —Replicó.

—Bueno, no creo que vayamos al infierno por esto... —Dijo Viviana aún dudosa.

—Por favor Viviana, es sólo Wicca —Se burló.— ¿Quieres salir con tu crush? ¿Sí o no?

—Claro que quiero, pero... No sé, estamos jugando con cosas que no debemos, si mis padres se enteran...

—Si nadie les dice, no tienen por qué enterarse —Interrumpió con un tono burlón.

Ambas quedaron sobre la cama, observando detenidamente el monitor, buscando hechizos de magia blanca, tras varias horas finalmente habían encontrado el hechizo perfecto, un hechizo corto que se podía elaborar con productos que toda persona tiene en su casa, sin menos, ambas saltaron de la cama en busca de los ingredientes, en la cocina y en el costurero.

 —Ya tenemos todo —Dijo al poner varios envases de miel, canela y otras cosas sobre la mesa— Mira cómo tenemos que hacer esa cosa.
—Pues aquí dice que se debe hacer un altar y poner cuatro velas... —Respondió extrañada.
Googlea y encuentra el dichoso altar... —Reclamó.
—Oye, esos altares deben tener una estrella de cuatro puntas, y unas palabras todas raras...
—Ya pues imprime una y armamos el coso ese —Responde mientras organiza las cosas.
—Ya van a ser las seis, apuremos esto Lu   

Viviana llevó la hoja impresa, ambas arreglaron el altar y pusieron una vela en cada extremo de la estrella, en un bowl blanco vertieron miel, canela, ruda y una gota de aceite de resino, tras ello Luisa procedió a anotar el nombre de ella y el de su crush en dos trozos de papel pergamino, al reloj dar las dieciocho horas en punto tomó un cerillo de madera y encendió meticulosamente cada vela, tras un par de minutos meditando lo que deseaba Luisa tomó dos velas rosas y las amarró con una cinta roja antes de colocarlas en el centro del altar, la luz solar se hacía escasa en la sala, con el lumbre único que ofrecían las velas. Luisa susurró un poema, al menos eso parecía ante los oídos de Viviana.

—Que se cumpla lo que deseo, así será... —Concluyó el ritual vertiendo los trozos de papel en el recipiente con la mezcla rara.

Observaba Viviana en silencio. —¿Y ahora qué? —Preguntó incrédula.

—Y ahora sólo queda esperar... —Respondió emocionada y con una gran sonrisa.

—Me voy, me avisas si funciona...

—Oye, no te puedes ir así, hay que esperar, la última vez fue rápido —La detiene ansiosa.

—¿Qué hiciste? 

—Hice que se separaran, obvio...

—Luisa, estás loca, eso fue coincidencia

—También lo creí, pero luego me invitó a salir, eso ya no era coincidencia —Responde mientras la hala hacia el sofá.

—Luisa, puedes estar alabando al diablo con ese altar y tú ni cuenta —Reclama Viviana temerosa.

—Ya leíste que no existe el diablo, ¿Qué más quieres? si no crees no se cumple, es magia blanca, nada malo pasará Viviana

—No lo creo, mejor me voy, chao —Se retira.

Las personas son los seres más avaros y ambiciosos que pueden existir, siempre ocultando sus verdaderas intenciones, sobre todo las más retorcidas, con tal de cumplir sus propósitos. Hasta el alma más pura puede ser corrompida. 

El único poste de luz en la manzana se encontraba frente a la tienda del barrio, una despensa bien abastecida, Viviana con las manos en sus bolsillos se dirigió hasta el lugar. 

—Buenas noches señito... Me da unos fósforos y un par de velitas rosadas. 

—Claro mijita —Respondió la anciana— Es un dólar cincuenta. 

—Gracias señito, tenga —Dice mientras lleva a cabo el intercambio. 

Los fuertes vendavales de Quito azotaban la zona, loma arriba se encontraba la casa de Viviana, con falta de aliento y a oscuras tocó el timbre. 

—Ya era hora que llegaras, tu madre estaba preocupada, ¿En dónde te metiste? —Preguntó el padre antes de dejarla entrar. 

—Estuve con Luisa papi, y de ahí fui a la tienda de Doña Rosa, déjeme entrar papito, que debo cambiarme de ropa.

—Entra rápido, pero ya te he dicho que esa tal Luisa no es de buena espina —Regaña la padre mientras da paso. 

—Gracias papito lindo —Dijo mientras corría a su habitación. 

Cambió sus ropas, bajó a la sala y recogió los mismos "ingredientes" que ayudó a tomar con Luisa, el único sonido que llegaba hasta el lugar era la del televisor del cuarto de sus padres a full volumen en la sección de noticias, tras terminar de obtener todo lo necesario un suave susurro hizo que su piel se erice. "¿Qué planeas hacer con eso?" Lo último que se escuchó fue el sonido del cristal de los envases crujir. 

—Calma, soy yo —Rió a carcajadas— Voltea y mírame, quiero ver tu cara de susto —Exigió entre risas la chica. 

—¿Qué haces tú aquí? —Preguntó exaltada la versión pálida y ahuyentada de Viviana. 

—Soy tu conciencia... okay no, soy una especie de prima tuya, nos vimos en el velorio del tío Juan... —Responde al agacharse y recoger los escombros. 

—Yo... yo iba a hacer un té de hierbas, me asustaste —Reclama antes de ayudarla. 

—Me quedaré un par de días, espero no arruinar tus planes, pero si quieres puedo ayudarte 

—No, gracias, por suerte mi mamá no escuchó nada...

—Esta casa da algo de miedo, las escaleras rechinan, los focos blancos no alumbran lo suficiente y las paredes llenas de santos me erizan la piel... —Se queja con humor. 

—Si no te gusta vete... 

—No, me encanta, me siento en casa de mi abuela, y por cierto me llamo Lupe —Ofrece su mano. 

—Me da igual, gracias a ti se produjo este desastre, limpia bien —Se retiró hacia su habitación, aún asustada se acostó en su cama. 

Encendió su celular y procedió con su rutina investigativa, la Wicca ya no era un simple tema que causaba curiosidad, era algo que quería probar, al menos la parte "útil" como lo era la brujería, y si no existía el diablo, A qué tendría que temer, después de todo la maldad solo proviene de él...
Ingenua niña, se equivocó.

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