Final

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Qué inteligente es la vida,

qué corto fue el amor y qué largo el olvido.

Menos mal que ya te tengo aquí conmigo.


Parece ser que no podía ir al cielo,

sin estar completa, sin tenerte a ti primero.


Y gran suerte la mía, 

de tenerte aquí conmigo

porque Bécquer tenía razón,

él ya decía:

"¡Dios mío, qué solos 

se quedan los muertos!"


Y, Ojos de cielo,

eso es muy cierto.    



Ojos de cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora