¿Me das una galleta?

Veinticuatro

Lilith
Me quede paralizada. Mis manos me temblaban. Y sentí que un escalofrío me recorrió el cuerpo.
¿Dafne? ¿Quién era ella? Note que una lagrima se deslizó sobre mi mejilla.
-¿Que?- fue lo único que logró salir de mi boca. Adam no me había oído, se había ido y me había dejado ahí parada. No me atreví a moverme por un buen rato. Trataba de acomodar mis pensamientos, y trataba de convencerme de que Adam regresaría y me daría un abrazo, pero no fue así. Me di la vuelta y regrese corriendo a mi casa. Las lagrimas no dejaban de salir de mis ojos, y la curiosidad de saber quien era Dafne me invadía. Quería saber quien era ella, pero no quería.

Entre mi casa y me fui corriendo hacia mi cuarto. En ese momento, no me importo lo que mi madre me diría. Me tire a mi cama y comencé a llorar como nunca lo había hecho.
Estaba a punto de llamar a Jessica, pero luego recordé que ella me odiaba.
Trataba de convencerme que en algún momento me llegaría uno de esos mensajes de Adam que siempre me sacaban una estupida sonrisa, pero jamás llego ese mensaje.

¿Por qué todo esto me pasaba a mi? ¿Quién era Dafne? ¿Que había hecho ella para que Adam me tratara así?
Sabia que todo esto eran solo unas idioteces, que solo llevaba un mes y medio de conocer  a Adam, pero yo lo amaba. Amaba su manera de decirme "te amo". Amaba sus abrazos. Amaba el cosquilleo que sentía siempre que me agarraba la mano. Yo lo amaba. Y de un día a otro, todo se había ido.

Me quede dormida con la esperanza de que despertara en los brazos de Adam, y que me dijera todo había sido un sueño.
Como siempre, estaba equivocada.