Mi Felicidad I

92 2 4
                                    

“El examen será el jueves” mi profesor de cálculo le anunció a toda la clase el cambio de fecha. Muchas groserías se pudieron oír. “Es solo un día antes, no se quejen” al terminar de hablar el profesor todos empezamos a recoger nuestras cosas y largarnos del salón. A penas era lunes y ya estaba cansada de la universidad, o más bien de todo. No podía dejar de pensar en  la noche en que Joseph falleció,  y eso me tenia decaída.

Sacudi mi cabeza tratando de alejar los recuerdos.  Mi celular sonó, era Aaron. Sus “¿Te sientes bien?” o “Todo pasa por una razón” ya me tenían cansada, sabía que él solo se preocupaba por mí, pero no me gustaba que él sintiera que con solo tocarme podía romperme de lo frágil que estaba.

Deje que el teléfono sonara.

Me dirigí a la librería, hacer trabajos me podría distraer. El lugar estaba  vacío, solo éramos la librera, un señor que parecía profesor y yo, me senté en unos de los escritorios y empecé a comencé mis asignaciones.

Pasaron unas cuantas horas cuando termine por completo mis trabajos, renté unos cuantos libros y me dispuse a volver a casa. Como de costumbre me encontré a Elle fingiendo ver la televisión, sino me hubiera sentado al lado de ella en el sofá tal vez nunca se hubiera enterado que había llegado.

“¿Como estas?” Le pregunté con mi mejor sonrisa.

“Como estaba ayer” me respondió igual como venía haciendo estas últimas semanas.

“¿Quieres ir a comer? Abrieron un lugar nuevo cerca de-”

“No gracias” trató de sonreír por educación y volvió a mirar la televisión.

“Te haría bien salir, comer algo, hablar” traté de convencerla, pero no hubo ninguna respuesta. Como habían cambiado los roles ahora era yo quien trataba que ella saliera.

Me percaté que tenía la televisión en el canal de películas, estaban pasando Sherlock Holmes su película favorita.

“¿Sabes que la secuela ya salió? Están pasándola en el cine podríamos ir a verla” Intenté otra vez convencerla.

“K estoy bien, lo único que quiero es quedarme aquí, eso es todo” me dijo con un poco de disgusto, sabía que no era su intención de sonar tan molesta, era toda esta situación que la tenía así.

“Está bien” me di por vencida, mañana trataría otra vez. Fui en busca de comida a la cocina y como lo sospeche todo seguía vacio, Elle era la que se encargaba de las compras, no trataba de culparla solo que ya no parecía preocuparse por nada, el apartamento parecía descuidado, la tristeza hundía la casa.

“Voy de compras” le anuncié a Elle, agarré las llaves del carro y antes de salir por completo su voz me detuvo.

“¿Podrías traerme algo dulce?” Me preguntó, asentí sonriendo. No sé si era imaginación mía pero estaba casi segura ver a Elle sonriendo de verdad, pero fue tan rápido que tal vez haya sido solo una ilusión.

Maneje hasta el abasto, compre bolsas y bolsas de comida. Si veía algo que me gustase solo lo metía en el carrito, por eso yo no me encargaba de las compras normalmente, porque estuviéramos en bancarrota.

Complete el pedido especial de Elle cuando recorrí el ultimo pasillo que era el de dulces, excepto por las pasa, todavía no entendía porque las pasas estaban junto a los dulces, es completamente ilógico. Mientras decidía entre oreos marrones o las originales, pude ver de reojo como una mujer compraba cajas de pasas, ¿a quién les gusta las pasas? voltee a ver con más detenimiento a la culpable. Era joven, traía puesto lo que parecía un uniforme blanco, cuando giró su cuerpo hacia mi dirección la pude reconocer.

Confia en miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora