Se que me vas a dejar

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 “Elle ¿vas a ir a la… qué son todas estas cajas?” la vi extrañada habían unas diez cajas regadas por el apartamento “¿Te vas a mudar?”

“No tonta, son libros” su voz sonaba agotada, parecía estar todo el día en esto.

“No sabía que te gustaban tanto, sabes, normalmente cuando vas a una librería compras uno o dos libros no todos” empecé a ver las cajas y acomodarlas, cuando Elle no me dijo nada acerca de mi comentario voltee a verla a ver qué pasaba, la cara de que iba a matarme me asusto “¿Qué?”

“No son para mi” cuando me lo dijo se dio un golpe en la frente con la mano para que entendiera que era estúpida “Son para Joseph, le comente que tenia ciertos libros y me dijo que si se los podía prestar”

“¿Ciertos libros? ¿Cuántos? ¡¿Cincuenta?!” apostaría un millón de dólares a que Elle fue la de la idea para deshacerse de los libros y Joseph solo acepto, porque no se que le sucede en esa cabeza.

“Solo ayúdame a llevarlos a su casa” ya empezaba a usar su cara de cansancio y de perrito faldero para que aceptara, pero tendría que hacer mucho más que eso.

“No puedo, estoy cansada” le dije y fui casi corriendo a mi cuarto para no oírla más, aunque eso nunca servía ella podía ir a mi cuarto y seguir rogándome, lo que efectivamente hizo.

“Por favor, por favor, te lo pido” ya estaba de rodillas en la puerta.

“Elle yo lo haría, pero no puedo ir a esa casa”

“¿Por qué? No va estar nadie solo Joseph, sus trabajadores y bueno, tal vez Matt” “por eso no quiero ir” pensé, ella todavía no sabía sobre lo de mi estúpida noche con Mathew, y la verdad no planeaba hacerlo, mi plan era ignorarlo y pensar que nunca paso “Vamos, por favor no voy a poder con todas esas cajas”

“Pídele a Joseph que te ayude”

“Está trabajando en su casa, por eso voy para allá, vamos dejamos las cajas y volvemos, ¿sí?”

“Dáselas en otro día”

“Yo le dije que se las iba a dejar hoy, por favor K, ayúdame” estaba negando cuando una propuesta que hizo tal vez me tentó “Te llevo a cenar, yo pago todo”

“¿A dónde?” la verdad ya en mi mente había aceptado, por no comer un día comida de microondas podía ir hasta la punta de la montaña Everest, y encontrarme con Matt no era tan malo, solo lo tenía que ignorar y ya.

“Después elijo, pero ahora ayúdame a cargar las cajas al carro” me pare de mala gana, aunque ciertamente estaba emocionada por la cena que algún día cumpliría.  

Las cajas eran pesadas nos tardamos casi veinte minutos subiéndolas al carro, una media hora llegando a la casa de Joseph y cinco minutos dejándolas ahí gracias a la ayuda de los trabajadores, cuando todo estaba listo para irnos Joseph apareció y obviamente los dos enamorados se fueron dejándome sola en la cocina, eso no pudo ser peor hasta que la personita con la que no esperaba cruzarme apareció.

“No sabía que estabas tan obsesionada para venirme a buscar a mi casa” la sonrisa engreída que tenia me hacia poner furiosa, imbécil, estúpido, patán, maldito.

“Para tu información vine con Elle, trataba de no verte, pero al parecer mi vida no quiere eso” lo último lo dije en un susurro que por la cara que tenia Matt lo había oído.

“Yo no veo a Elle por ningún lado” mientras me hablaba buscaba algo en la nevera, lo único que yo quería era meterlo ahí y dejarlo a que se congelara.

“Se fue con Joseph” le dije cortante y me senté en el tope de la cocina mientras tomaba un vaso de agua esperando a que él se fuera.

“Esos dos ya me tienen harto con sus gritos en la noche” su comentario hizo que me ahogara y escupiera el agua que tenía en la boca, él solo se reía mientras yo trataba de componerme “Vas a tener que recoger” Sin mirarlo agarre papel y empecé a secar el piso donde se encontraba el charquito, cuando termine de absorber todo tire el papel mojado en dirección a la nevera donde él se encontraba de brazos cruzados.

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