Maldita sea, volvemos siempre a lo mismo. Siempre ese maldito sentimiento que me esta ahogando. No me lo puedo creer. Ya debería superarlo, ya debería haberlo superado. Maldita sea.
Ha pasado demasiado tiempo pero yo sigo aquí, muriendome por dentro y recordando cada detalle ¿Por qué yo? ¿Por qué esto?
Malditas preguntas que invaden mi cabeza y tenía que ser justo ahora. Venga Dani, centrate, ¿por qué narices me pongo a pensar en esto en mitad de un examen? Ya me vale joder, así no termino nunca. Esto de pensar en mis sueños en mitad de un examen no es bueno.
Me propuse terminar el examen y lo conseguí, menos mal que historia es algo sencillo, que si no jamás hubiese terminado.
En cuanto salí de aquella clase mi cabeza se despejó en seguida y todas las preguntas que rondaban mi cabeza se esfumaron tan rápido que me costaba recordarlas. ¡Que manía la mía de no dormir cuando tengo un examen importante! Así me pasa, llega el examen y me meto en mi mundo sin darme cuenta. Evee tiene razón, debería empezar a dormir más.
Buf, tengo que dejar de pensar, esto me esta aumentando mi dolor de cabeza y no es buena idea, que aún me quedan tres horas y no quiero dormirme en ninguna.
A todo esto, mientras dejé que mis pensamientos vagaran por la nada llegué a nuestro lugar de siempre. Era el último en llegar, que raro en mi.
-Hey.- yo y mi increíble saludo, tengo que empezar a ser más agradable.
-Hola Dan, llegas tarde, que raro.-Evee siendo tan maja como siempre, como no.- Estábamos comentando el examen de historia, ¿que tal te ha salido? Te he visto quedarte embobado con el folio diez minutos.
-Joder Ev, baja el ritmo que mi cabeza no da para mucho.
-Ah, ¿que alguna vez da para algo?-pregunta Sam generando una risa conjunta y un puñetazo de mi parte- ¡Ay! Que bestia.
-Y tú que quejica ¿no?-le digo sentándome junto a Sammy.
Madre mía, este grupo cada vez es más raro. Siempre hemos sido Evee, el idiota de Sam, la adorable de Sammy y yo, pero no se como desde hace un año esto ha aumentado demasiado para mi gusto. Habíamos pasado de ser cuatro a ser dieciséis, y no es porque el resto no me caiga bien, pero me gustaba más cuando estábamos sólo nosotros.
-Daniel, ¿me has escuchado?
Mierda ¿quien habrá dicho eso? No debería enfrascarme tanto en mis pensamientos. Tengo que dormir más para no estar tan ausente.
-Ni lo intentes Marie, ¿no ves que estamos en semana de finales? Lleva sin dormir cuatro días. Dudo que se entere de algo.-dijo Sammy mientras yo intentaba ignorar cada palabra.
-Eso no es cierto Sammy, has calculado mal, son cinco días. Deberías saber que que el día antes de empezar tampoco duermo.-dije con una sonrisa de superioridad, me encanta picar a Sammy y esta sonrisa siempre funcionaba.
-Eres un idiota.-esa contestación me hizo sonreír aún más.
Me encantaba picar a Sammy, era la pequeña del grupo y para mi era como una hermana pequeña, así que mi pasatiempo favorito era picarla. En el grupo Sammy siempre era la niña buena, Evee la lista que todo lo sabe y a veces insufrible (aunque la quiero mucho es la verdad), Sam es el deportista y con cabeza hueca aunque se muy bien que no estaríamos tan unidos sin él. Y bueno, después de todos ellos estaba yo, sacaba buenas notas pero no tanto como Evee, era un buen alumno pero tenía mi vena rebelde no como Sammy y se me daba bien el deporte pero no como a Sam, se podría decir que era el intermedio de todo.
-Dan, en serio, vuelve al mundo de los humanos.
Mierda otra vez, tengo que centrarme más en lo que pasa a mi alrededor. Necesito dormir más.
-Si si, perdón. ¿Que decíais?
-Que hombre por favor, ¿en serio no se ha enterado de nada?
Retiro lo que dije antes, todos me caen bien menos Marie.
-¿Algún problema que quieras comentar Marie?-dije mientras me levantaba y me colocaba enfrente de ella.
-N... no... na... nada...-dijo tartamudeando Marie.
Se que no debería usar el hecho de que doy miedo, pero es que esta chica es insufrible y ni siquiera se porque se junta con nosotros si todo el grupo en si le cae mal.
-Ah, ya decía yo.- y con eso último me dirigí a mi siguiente clase junto a mis amigos.
Dejamos a Sammy en su clase y así sin darme cuenta la mañana pasó, era un alivio. Hoy había sido el último examen del año y yo necesitaba dormir de verdad, ya empezaba a notarlo.
En cuanto salí me despedí de Evee, Sam y Sammy, los tres sabían que necesitaba dormir así que no opusieron ninguna resistencia a que me fuera tan pronto un viernes. En cuanto llegué a mi coche ya estaba fantaseando con mi cama y lo agusto que estaría durmiendo en ella.
Me di toda la prisa que pude para llegar cuanto antes. Llegué a casa de Mariam, vivía con ella desde que mis padres murieron, a veces era extraño porque ella era amiga de mis padres y no comparto nada de sangre con ella, pero es mi familia. La poca que me queda.
Como sospechaba Mariam seguía trabajando así que la dejé una nota de que no me molestara, que el día había sido bueno pero necesitaba dormir. No necesitaba saber más, al menos hasta que me levantase.
Me encerre en mi habitación, me cambie poniendo me mis pantalones de pijama que como no podía ser otra cosa era un chándal antiguo y me metí en la cama aunque primero tuve que echar a Dama, nuestra gata, de ella.
En cuanto mi cabeza tocó la almohada entre en mi utopía de los sueños, el lugar donde no debía preocuparme. Estaba en mitad de un sueño perfecto, en una isla desierta, sólo con mis amigos y lo necesario para vivir cuando un dolor recorrió todo mi cuerpo. Era un dolor tan fuerte que supe que no era un sueño, que era real.
Me levante sobresaltado, pero casi no pude moverme sin soltar un gruñido de dolor. Algo estaba consiguiendo que todo mi cuerpo doliera y no era capaz ni de abrir los ojos.