Narra Dai
Después de esa noche nunca hablamos, yo no quería presionarla y sabía que tarde o temprano ella me contaría lo que tanto la preocupaba.
Ya había pasado un mes desde aquello y mis días se basaban en macharcarme en los entrenamientos con los demás y luego entrenamientos personales en las cosas que más flojeaba. Tenía que ser el mejor y eso se veía reflejado en el tiempo que pasaba entrenando.
Después de un mes ya controlaba casi todas las materias pendientes que tenía, pero sobre todo sabía controlar mis fuerzas y así podía hacer ataques más continuos con mis poderes y controlaba mejor los elementos.
Me encantaba controlar el aire y el fuego, juntos hacías una gran combinación podía manejar ambos unidos y hacer que mis ataque fueran más potentes, no se, me encantaba. Según Danzó mi predilección por esos elementos significaba mi testarudez y mi impulsividad, aunque yo no lo veía así porque controlaba tierra y agua exactamente igual que las otras dos, pero yo no le iba a quitar su ilusión.
Hoy era día de llamada, desde que me fui cada viernes Evee, Sam y Sammy me llamaban, era uno de los mejores momentos de la semana.
Por ello decidí que ese día me saltaría los dos últimos entrenamientos, estaba cansado y me apetecía descansar. Así que comí con mis hermanos y con Rocío y mientras íbamos al entrenamiento le dije a Rocío que hoy sólo haría uno. Y muy a mi pesar su reacción no fue la que yo esperaba como cada viernes.
-Hoy no puedes hacerlo Dai, lo siento.
-¿Por qué no? Es viernes, sabes que lo hago siempre.
-Lo se, pero tengo órdenes de Danzo para que acudas a todos los entrenamientos de hoy. Y no me preguntes porque pero me dijo que cuando salieras de ellos lo entenderías.-la miré y vi como bajaba la cabeza- Siento ser yo siempre la que te da las malas noticias Dai.
-Al menos tu te atreves a dármelas Ro.-dije cogiéndola de la mano- No te preocupes ¿vale?
Ella me miró y me sonrió como solo ella sabía hacerlo. Eso me tranquilizó un poco aunque hablaría con Danzo seriamente sobre el tema de mis horarios y de todo esto. No me gustaba nada que me controlasen de esa manera.
Tuve las tres clases que me quedaban y decidí que me ducharía allí. Estaba cansado y la verdad es que si tenemos que ser sinceros olía bastante mal. Avisé a Rocío y pareció aliviada al saber que tardaría un rato más en salir, pero no le di importancia y me fui a duchar.
Salí muy relajado y con las ideas más claras de lo normal. Mientras salía me puse los cascos y salí lo más rápido que pude, llegaba tarde y como no pudiese hablar con los chicos Danzo tendría problemas. Pero nada más salir alguien se tiró a abrazarme, no supe que estaba pasando hasta que dos personas más se unieron.
Estuvimos mucho tiempo juntos hasta que se fueron separando y pude verles a los tres enfrente de mi. Eran ellos, no podía creermelo, estaban aquí. Y en cuanto eso paso por mi mente el miedo acudió a mi.
¿Que estaban haciendo allí? En cuanto me lo plantee deje de mirarles y busque donde estaban mis hermanos y Rocío, ninguno de los tres me miraba a la cara. Ellos sabían lo que iba a pasar y no estaban cómodos con que estuvieran aquí.
En ese mismo momento vi a Danzo sonriendo y supe que todo esto había sido idea suya. Miré por última vez a mis amigos sonriéndoles y sin decir ni una palabra me dirigí hacia Danzo, mis amigos se dieron cuenta de lo que iba a pasar y me siguieron.
-¿Por qué están aquí Danzo?-dije con todo el odio que pude.
-Porque los necesitamos.-dijo sin inmutarse, cosa que me enfureció.
-¿Que los necesitáis? Quedamos en que ellos estarían tranquilos hasta el cumpleaños de Sammy el año que viene porque ya me teníais a mi. Así que o me das un mejor explicación o vas a tener problemas.
En cuanto terminé de decir aquellas palabras me atacó. No sabía que estaba pasando pero no me reprimi las ganas de pelear contra Danzo, estaba harto de que intentara controlarme y no iba a dejarle esta vez, no si se trataba de Evee, de Sam y de Sammy.
Noté como Ro intentaba conectar conmigo para tranquilizarme, pero no la dejé, estaba muy calmado y por eso no me iba a dejar manipular. Estuvimos unos diez minutos luchando y Danzo no llegó a darme ni una sola vez y el ya estaba bastante machacado. Lo mejor era que no había usado mis poderes, no los quería usar para ganarle a el.
Tan sólo llevábamos veinte minutos cuando Danzo pegó un golpe a la desesperada y yo salté ayudándome un poco con el aire a una farola cercana.
-¿Vas a dejar de intentar darme? Es demasiado aburrido cuando no eres capaz de darme ni una vez.-el comenzó a reírse sin ninguna explicación-¿Que te parece tan gracioso Danzo?
Dije eso bajando de la farola y acercándome a el lentamente mientras el advertía que esta vez era una amenaza sería y se tensaba.
-¿Por qué no has usado tu ventaja Daniel?-me preguntó el dando un paso hacia atrás.
-A ti no quería ganarte con ventaja Danzo, quería que todo el mundo supiera que soy mejor que tu sin necesidad de ninguna ayuda. Y fíjate, lo he confirmado.
-Es por eso por lo que tus amigos están aquí.-mi cara de incomprensión fue demasiado importante y cuando miré a mis amigos estaban igual- ¿No lo entiendes Daniel? Nos estamos quedando viejos y los jóvenes que han nacido aquí no aprenden nada nuevo, desde que tu llegastes has sido más un profesor que un alumno. Y eso es lo que necesitamos, por eso tus amigos están aquí. Ellos son el soplo de aire nuevo que necesita este mundo para poder enfrentar la amenaza que se cierne ante nosotros. Y no nos queda demasiado tiempo como para desperdiciar haciendo que ellos estén lejos y no puedan aportarnos esa ayuda.
-Ellos deberan aceptar quedarse, sino yo mismo los acompañaré a sus casas hasta que sea el verdadero momento de que vengan.-dije sin muchas ganas de hacerlo porque sabía que iban a contestar.
-Esta bien, es lo justo para ellos y para ti.-dijo Danzo más tranquilo, ya sabía lo que iba a pasar-¿Aceptais quedaros chicos?
-Si.-contestaron mis amigos al unísono haciendo que yo me enfadara sin medida con Danzo.
-Esta bien.
Dije eso y le mande una oleada de aire a Danzo que le hizo caer cinco metros atrás de donde estaba. Me acerque a el mientras se levantaba del golpe sorpresa.
-Vuelve a jugarmela y no será aire.-le dije susurrando, me levanté miré a mis amigos y a mi familia y les sonreí- Vamonos ya, anda.
Y comencé a andar hacía nuestra casa, la cual ahora ya no volvería a estar vacía.