Narra Rocío
No podía creer todo lo que había pasado esa noche, pero era feliz, muy feliz. Estaba tan enamorada de Dai que ya me dolía tener que ocultarlo y ahora ya no necesitaba hacerlo más.
Pasamos la noche paseando y riéndonos, no teníamos prisa y cuando llegamos a casa ya deberían ser sobre las cuatro o cinco de las mañana. Entramos intentando no hacer mucho ruido, pero al entrar nos sorprendimos al ver quienes estaban aún despiertos o más o menos.
Evee y Gabi estaban aún en el sofá. Deberían llevar mucho tiempo porque Evee estaba dormida en el hombro de Gabi mientras este la abrazaba y este estaba medio dormido.
Cuando Dai les vio se tensó pero al verles dormidos y como estaban se relajo. Entonces se quedó mirando les un rato bastante largo y yo hice lo mismo. Y ambos después de un rato vimos un enlace entre ellos, parecía igual de fuerte que el nuestro.
En cuanto ambos lo notamos me di cuenta que el sentimiento de celos que Dai tenía era cada vez mayor. Y entonces lo comprendí por fin, Evee era como su hermana pequeña y sentía los celos que pueden tener los hermanos mayores cuando saben que pronto les quitaran tiempo con sus hermanos. Y sobre todo noté el sentimiento de protección que el tenía hacia ella.
No podía vivir sin mi, pero tampoco podría vivir sin Evee. Llevo tanto tiempo celosa de Evee que jamás me había parado a pensar en lo que de verdad sentía Dai hacia ella.
Dai me miró y supe que el también había pensado lo mismo, teníamos que levantarles. Si mañana cuando se despertasen nos viesen durmiendo se enfadarían y no teníamos ganas de ningún enfado con nadie.
Yo no sabía que hacer o como despertarles para que no se enfadaran, pero al final no tuve que hacer nada. Dai se acercó con cuidado a Evee y comenzó a acariciarla el brazo para que se fuera despertando poco a poco, y en cuanto Evee comenzó a levantar la cabeza Gabi también comenzó a despertarse.
-Ev, venga.-dijo con una voz muy suave- Debes irte a dormir, ya estoy en casa. Y no sólo yo, también esta Ro.
-¿Dan...?-dijo Evee casi sin voz.-Esta bien sabelotodo yo te llevo.
En cuanto dijo eso se incorporó y cogió a Evee en brazos. En cuanto eso paso Gabi se despertó completamente aunque estaba algo desorientado. Le costo un rato saber que pasaba, pero en cuanto lo supo comenzó a ir detrás de Dai para asegurarse de que Evee estaba bien.
Y con ese acto Gabi nos demostró que teníamos razón, el y Evee tenían una unión como la nuestra aunque a Dai no le hacia mucha gracia.
Entraron los tres a la habitación de Evee y yo me quedé en el marco de la puerta, no estaba metida en este embrollo totalmente y quería dejar tranquilo a Dai con ello. En cuanto dejó a Evee en la cama se levantó y se acercó a su hermano.
-Gab...-dijo Evee abriendo los brazos.
Dai se quedó un rato mirándola y luego volvió a dirigirse a su hermano. Aunque esta vez se acercaba a el de manera amenazante.
-Tu y yo mañana hablaremos, pero ahora ve con ella.-al oir eso Gabi se quedó muy desconcertado- Y como se te ocurra hacerla daño por mucho que seas mi hermano estas muerto.
En cuanto dijo eso Dai se separó de su hermano y le hizo una señal para que fuese con ella. Gabi tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo le hizo un gesto como que entendía lo que le había dicho y se tumbo junto a Evee.
Nosotros salimos de la habitación y nos fuimos a la mía. Era la habitación más apartada de todas y no era muy grande, pero a mi me valía y ahora que el también venía conmigo era aún mejor.
Me cambié y me puse una camiseta ancha para dormir. En cuanto terminé y fui a mirar a Dai el me beso, me beso de una manera que no sabré explicar. Había necesidad y ganas y deseo hacia mi, era increíble.
-Te quiero.-dijo en cuanto terminó el beso.
No me salía la voz así que le besé de nuevo, esta vez fue un beso más corto y dulce, pero no sabría decir cual fue el que más me gusto. Pero no necesitaba decidir nada, podría repetirlos siempre que quisiese.
Tardamos un poco más en irnos a dormir, pero cuando nos fuimos dormimos abrazados y creo que jamás he dormido mejor.
Nos levantamos bastante tarde, pero no nos importó y menos a mi. Dai me levantó dándome besos y al verle junto a mi ya no podía ser más feliz.
Me cambié y bajamos a comer algo, o al menos Dai que sus tripas ya no dejaban de sonar. Mientras desayunabamos nos encontramos a Sam y a Sammy los cuales parecían agotados.
-Dan, en estos momentos odio a tu hermana, muchísimo. Que paliza.-dijo Sam nada más vernos.
-¿Que pasa que el deportista esta cansado?-dijo en tono de burla Dai.
-Estamos cansados más bien Dai.-dijo Sammy para que no empezaran a discutir.
-Bueno, no te preocupes canija. Esta tarde me toca entrenar a mi así que vais a poder descansar.-dijo Dai sonriendo la de la mejor manera.
-Uf, menos mal, porque a este paso veo que a Sam le va a dar algo.
Pasamos el resto de la mañana juntos y hablando hasta que sobre las dos de la tarde Evee y Gabi bajaron y se unieron al grupo. Comimos sin Alexis ya que no aparecía y eso comenzó a incomodar a Dai y a Gabi, pero intentamos que estuviesen tranquilos.
Cuando la tarde pasaba ellos dos comenzaron a estar muy nerviosos. A las nueve o así Alexis llegó y los dos hermanos se tranquilizaron.
Nos pusimos a entrenar entonces y conseguimos que ambos se relajaran. Y después de eso el miedo llegó a mi
Había una carta del consejo de la comunidad, se habían enterado de lo nuestro y a lo mejor me enviaban a otro lugar.