Huyendo de la realidad

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Lo que a Laura le daba fuerza en esos días en los que todas las miradas se fijaban en ella siempre era, la música. Se refugiaba en ella como se refugia un cachorro en su madre. Le gustaban los grupos de música antiguos, y la mayoría, de heavy. Con la musica se evadía y conseguía que las miradas no le importasen. Sabia todo lo que se rumoreaba de ella. Que si se drogaba, y cosas por el estilo. Todas aquellas invenciones eran mentira. Pero a Laura no le molestaban, no. Le hacían más fuerte. Laura escondía detrás de sus camisetas de colores y de su pecho delgado y huesudo, un gran corazón. Tan grande como los rumores sobre ella, o incluso más. Laura anhelaba todo el día que llegase la noche, y refugiarse en la música de nuevo, sin miradas alrededor de ella, sin preguntas de su madre, sin nadie allí para juzgarle. Los días comenzaban con preguntas y más preguntas de su madre y en el instituto, lo de siempre. Al llegar a casa más preguntas y lo único que le gustaba a Laura de todo aquello eran las noches, los findes de semana con su padre y los ratos libres de Carla. Ella era la única que la conocía. La única capaz de hacerle reír en aquellas paredes que forman el instituto.
Genial. Hora de estudio en Historia. El examen era mañana, pero eso a Laura le daba igual, siempre sacaba las cosas sin esfuerzo. Pidió al despistado profesor ir al baño y cuando salio por la puerta, echó a correr. No sabia a donde, pero lejos.

Encontrando un sentidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora